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Sábado, gran día para levantarse tarde y no hacer absolutamente nada, más que sentarse en el sofá y ver un maratón de La ley & el orden en la tele, ¿verdad?

Pués la respuesta es no, ya quisiera yo que esos fueran mis planes después de una semana larga y agitada, pero la verdad es que tengo trabajo que hacer, y es mi responsabilidad cumplir.

Ahora mismo me estoy dirigiendo a la casa de Adrien para comenzar con el trabajo que nos había dejado Miss Bustier, pero primero decidí hacer una pequeña parada en la panadería Dupain-cheng.

Ahora mismo me estoy dirigiendo a la casa de Adrien para comenzar con el trabajo que nos había dejado Miss Bustier, pero primero decidí hacer una pequeña parada en la panadería Dupain-cheng

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Luego de un largo camino por fín llegué a la mansión Agreste, me bajé del carro y me despedí del chofer, para posteriormente acercarme a la reja de la casa de Adrien y tocar el timbre.

—¿Quién es?— Preguntó Nathalie. 

—Nathalie, soy _____— respondí por el altavoz. 

No pasaron ni 5 segundos cuando ya habían abierto la reja, apuesto que se preguntaran en qué momento conocí a Nathalie, ¿verdad? 

Bueno en realidad esto es más fácil de responder, ya que no es la primera vez que vengo a la mansión Agreste, de hecho esta es como la cuarta o quinta vez que vengo, en mi primera visita Adrien me presentó a Nathalie y por eso la conozco, últimamente me he hecho algo cercana a Nathalie al punto de considerarla como una tía.

Volviendo a la actualidad, estaba apunto de entrar a la mansión cuando creí ver por el rabillo del ojo cierta cabellera azabache que se me hacía muy conocida, pero cuando voltee a ver otra vez donde creía que lo había visto ya no había nada, así que convencida de que fué mi imaginación entré de una vez. 

Ya adentro me recibieron Adrien y el señor Agreste, al cual saludé cortésmente, para acto seguido despedirnos del padre de Adrien y dirigirnos a la habitación del oji-esmeralda. 

—No me aburro de decir que me encanta tu habitación rubio— dije tirandome a su cama, a lo cual él solo se rió.

—¿Qué es lo gracioso bobo?—le tiré una almohada para que dejara de reirse.

𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 • [𝐀𝐝𝐫𝐢𝐞𝐧 𝐀𝐠𝐫𝐞𝐬𝐭𝐞]• [𝙍𝙚𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙗𝙞𝙚𝙣𝙙𝙤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora