𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 • [𝐀𝐝𝐫𝐢𝐞𝐧 𝐀𝐠𝐫𝐞𝐬𝐭𝐞]• [𝙍𝙚𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙗𝙞𝙚𝙣𝙙𝙤]

•01•

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Me encontraba de camino a la panadería Dupain- cheng, aunque siendo realista estoy segura que me perdí, apenas llevo un par de días viviendo aquí en parís, y aún no me aprendo las calles parisinas de memoria, antes de que pregunten, sí, estoy mirando el GPS de mi celular y parece que esta cosa más que ayudarme lo que hace es que me pierda.

El GPS me está indicando una dirección que lleva hacía un callejón, y yo estoy segurisima de que ya había pasado por aquí, cansada y con hambre decido mejor preguntarle a un chico peliazul, (muy guapo por cierto), que veo pasando cerca mio.

—Hola- dije medio fuerte para llamar su atención, cosa que sí funcionó.

—¿Yo?- preguntó confundido.

—Emm si...considerando que somos los únicos que estamos por aquí- contesté medio bromeando para aligerar el ambiente.

—Verdad que sí- rió.

—Disculpeme señorita, iba distraído.- contestó apenado el chico. - Ahora si, ¿en qué la puedo ayudar?-

—No te preocupes- sonreí.

—Necesito ayuda para encontrar esta dirección- le mostré mi celular.

—¿La panadería Dupain- cheng?- preguntó.

—Si, esa- sonreí ligeramente.- ¿La conoces?.

《Estúpida, claro que la conoce, si no lo hiciera hubiera dicho que no la conocía y listo》

Me dí un facepalm mental.

—Claro que la conozco, es la panadería de los padres de una amiga- contestó- si quieres te puedo llevar, tengo mi bicicleta cerca.

—¿No es ninguna molestía?- pregunté- no quiero molestarte, con qué me indiques donde queda está bien.

—No, no es ninguna molestia- respondió rápido- la panadería esta cerca y de todas maneras también voy para allá.

Acto seguido tomó mi mano y me guió hasta donde estaba su bicicleta, y nos subimos.

《Vaya, pero que confianzudo, ¿¡eh!?》

El resto del paseo hasta la panadería fué tranquilo, pasaron unos cuantos minutos hasta que finalmente llegamos, después de que el chico estacionara su bicicleta él se bajó primero y luego me ayudó a bajar.

—Muchas gracias...- dejé de hablar para que dijera su nombre.

—Luka, me llamo Luka Couffaine, ¿y usted señorita?- contestó.

— Rousseau, _______ Rousseau- me presenté.

—Lindo nombre- respondió.

—Gracias- respondí tímida.

—Muchisimas gracias por traerme- agradecí.- enserio si no fuera por tí, estoy segurisima de que seguiría por ahí perdida.

—No hay de qué- sonrió- ha sido un placer.

Después de ese momento, entramos a la panadería y recogí mi pedido, los señores Dupain- cheng fueron muy amables en todo momento, después de recoger y pagar el pedido, salí y llamé a mi papá para que me viniera a recoger el chofer.

Sí, sé que fácilmente el chofer me pudo traer desde un principio, pero yo en mi afán de querer recorrer las calles, me terminé perdiendo, pero bueno, este es sólo el principio de mi nueva vida en parís.

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Editado: 03/11/21.