Expresiones de una adolescente.

Ficción Musical

    En colaboración con Chris Cedeño

 Hace rato me quedé tirado en el césped, en la oscuridad, escuchando una canción, viendo el cielo vacío con estrellas ocultas, mientras el frío necio rozaba mi piel y podía sentir cada nota de la canción llegar a cada parte de mi alma. 

    Esa inexplicable sensación de vacío interior y pesadez que te mantiene en un estado inconsciente de paz. Ese estado que ciertas veces te inclina a la melancolía dependiendo de la canción que se presente, de los sentimientos que despierte en ti, de los recuerdos que te traiga, una sonrisa que vaga de boca en boca posándose eternamente en tu memoria.  Cómo cuando ya ni sabes donde estás; perdido en otro mundo, uno donde sólo estás tú y tus pensamientos, y el mundo se vuelve tan solitario, insignificante, tanto que no te importa lo que los demás piensen de ti, más sólo te importan los propios, las opiniones se convierten en nimiedades, las críticas en aliadas muchas veces y los planes de tu vida en prioridad. Excepto cuando alguien contaba en esos planes,  simplemente ya no existe, entonces te ves lleno de soledad, pero aprendes a cargar con ella.

 Soledad que pasa con cada segundo, que se desvanece mientras esa bendita canción llega a su final, pero muchas veces ese momento se convierte en eterno torturándote cada noche, en la cual te encuentras solo como siempre, observando tu vida frente a tus ojos o un techo frío y sólido que obstruye las ganas de tomar vuelo y bajo tu cabeza una almohada repleta de sueños caducados... Entonces solo te queda respirar, y seguir tu camino y así regresar a un mundo llamado "realidad" cuál vemos cómo una ilusión.

Cuando ya despiertas, y miras tu alrededor con tus propios ojos, entonces todo lo que tenías en mente, se desvanece, es solo una ilusión más, un deseo profundo de tu subconsciente y eso es a lo que llamamos "realidad"... Llena de dolor, emociones que te ayudan a crecer, experiencias y momentos.