El niño De la Ese

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Cuando uno es niño, graba los mejores recuerdos, cada felicidad, ningún resentimiento, no existen límites y no es obstáculo el tiempo. Es el tiempo en que conoces a tus amigos, en que amplías tus conocimientos. ¡Que cosa más bella es la infancia! ¡Inocencia, curiosidad y momentos para soñar! 

Es ahí cuando te conocí, mi pequeño, cuando descubrí que con alguien podía soñar. Fuiste la primera sonrisa amiga, en la que deposité mi confiar. A pesar de lo complicada que era tu vida, me ofreciste tu amistad, algo que yo nunca podré olvidar. Estuviste siempre apoyándome, defendiéndome de cada situación que me llegara a molestar, y yo a tu lado admiraba cada momento en que podíamos imaginar que entre más alto el columpio meciéramos más cerca el cielo estaba para tocar.

Tantas veces te vi sentado solo, con lágrimas entre tus pequeñas manitos que trabajaban pero de tus labios nunca supe tu pesar. Lo único que pensaba que te lograría aliviar ese río que emanaban tus dulces ojos negros, era abrazarte, como mi hermano más amado, y fue ahí cuando aprendí que un silencio acompañado de un abrazo tiene un poder sobrenatural.

En el momento en que ese perverso, me intentó lastimar, acudiste tu a mi defensa, y el sonido de un golpe a mi alma hizo resonar. Tiempo después tuviste tantas complicaciones en tu salud, ya no corrías ni te mecías, solo te sentabas con la mirada perdida en el piso. 

Un globo en tu cabeza hizo que te alejaras de mí, que fueras llevado a un cuarto blanco, donde oías a médicos hablar, entrar y salir constantemente, hablar de la vida y la muerte. 

Aún recuerdo la llamada del 18 de abril del 2007, cuando te dije lo mucho que te extrañaba, lo tanto que te necesitaba, y alegremente me respondiste "¡Yo también quiero regresar! Estoy ansioso por estar con ustedes, ya pronto saldré de acá. Te quiero, Amy. Te veo pronto."

Un martes 1 de mayo, mi ángel regresó a su hogar, sin más dolores, preocupaciones, o lágrimas que derramar. Nuestro lazo en la vida se había expandido un poquito más, ahora sin necesidad de mecerte, el cielo podías tocar.

Mi niño amado De la Ese, en mi corazón siempre estarás.

"Cada vez que estamos yendo tan alto, ¿no sientes que el cielo puedes tocar?"

Expresiones de una adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora