Manos Enlazadas

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Era un día común para el mundo, pero era un día de cambio para mi.

¿Cuántas veces uno sabe que está cerca del amor de su vida? ¿Cuándo uno se da cuenta de que ama realmente a alguien y que no hay nada más que esa persona? Quizás tarde, quizás a tiempo. 

A pesar de no saber qué era lo que ocurría en ese instante, de no poder pensar, él fue mi primera y única opción.

Para mi no había alguien más hermoso que él, aunque mi corazón latiera fuertemente a causa de las sustancias que me tenían mal, una parte de mi se sintió en paz cuando vi directamente a sus ojos.

Pude comprender en ese momento que no había amor más puro que el que sus ojos reflejaban, pues quién se preocuparía por alguien con problemas psicológicos.

Sentí, en ese momento que una leve brisa abrazó mi corazón dándome una emoción única de felicidad en la desesperación por estar bien. Me sentía tranquila. Como si el tiempo fuera irrelevante y el mundo no fuera más que una distopía. 

Sabía que en mi mente todo pensamiento estaba en desorden, como si un tornado hubiera arrasado con mi consciencia y dejara no mas que toda emoción y pensamiento reprimido estuviera ahí para que alguien leyera a través de mi. Penoso. Algo que realmente debería dar miedo.

¿A quién diablos le interesan los sentimientos de una persona depresiva?

Pero ahí estaba él, dispuesto a cuidarme. Dispuesto a que yo rechazara su corazón. Con miedo a que yo lo usara como pañuelo de lágrimas, y dejara su existencia como un delirio angustioso.

Me amaba. En secreto.

"Señorita, si usted supiera cómo sólo con sus palabras usted puede llegar a hacerme perder hasta el miedo a la muerte sería capaz de entender por que la admiro tanto"-Enero 19, 2017


Lo amaba. Era un secreto a ser develado.

La falta de consciencia hizo que realizara una acción que no planeaba. Le dije que me gustaba mucho su sonrisa y lo besé. Con temor a que me rechace. 

Fuimos correspondidos.

Desde esa noche y hasta ahora, la escena sigue siendo reproducida en mi mente, como un bucle sin fin. El mejor bucle sin fin que mi mente habría tenido desde hace años.
Recordaba su tono de voz. La forma de su sonrisa. La manera en que sus ojitos se achinaban cuando sonreía. El calor de sus abrazos. La suavidad de sus manos.
Como si fuera un sueño.

Al pensar en todo lo que había sucedido, en las emociones que sentía, no había duda en que quizás eso era irreal. El que alguien se fijara en mí por la manera en la que expresaba mis emociones a través de mis escritos de aflicción era algo que no me lo creería jamás.
El amaba la esencia de mi alma. El amaba mi voz de auxilio.
El deseaba ser quien me salvara.

"Y ahí estaban los dos, abrazados debajo de la lluvia, entre la mirada de extraños y el caos del calor de la ciudad, se tenían el uno al otro y era la única cosa que importaba"


Acertó.

No pude encontrar mayor precisión en la descripción de la escena que había vivido, y que había sido motivo de cambio de mi ser.
Jamás, alguien me había impulsado a ser mejor persona y tener tanta confianza en mí.
Me sentía querida. Al fin hacía honor a mi nombre.

Al darme cuenta, con los días, supe que no era un deseo temporal. No era algo que quisiera para un momento. Él era alguien que quería en el resto de mi efímera vida terrenal que mejoraría con el paso de mis decisiones. Me importaba mucho su bienestar, su felicidad, el valor de su vida. Me dí cuenta que lo amaba.

A-m-o-r...

Esa palabrita que te enseñan cuando eres pequeño, y tarde o temprano te das cuenta de su verdadero significado.

Cada día que he estado con él, me enamoro más de sus actitudes. Puesto que puede ser tan maduro como puede ser infantil. Me enamoro de sus sueños. Me enamoro de sus ambiciones. Me enamoro de cada esfuerzo que hace por estar bien. Me enamoro de la esencia de su alma.
Me enamoro de él.

Y no me arrepiento de decirlo, porque no es nada malo. Es un sentimiento realmente puro.

Quizás miles de personas pueden tener mayores virtudes o ventajas sobre él, pero para mí, es netamente lo que yo estaba esperando. Porque las mejores cosas vienen en envases pequeños.

Hay días en que llego a pensar que no es más que un sueño, que un delirio causado por una sobredosis de diazepam en la ducha de mi baño, mientras muero por una hemorragia a causa de un corte vertical en mis muñecas.

Pero es real.

Nuestro amor es real.

No estoy delirando.

Sigo viva.

Aún.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2017 ⏰

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