La veo a diario...

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La veo a diariocon su pelo corto,su largo olvidoy sus parchadas gafas,tras aquel escritoriocon sus sueños rotos,pero viva la esenciade una tierna dama

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La veo a diario
con su pelo corto,
su largo olvido
y sus parchadas gafas,
tras aquel escritorio
con sus sueños rotos,
pero viva la esencia
de una tierna dama.
Quedo entonces absorto
mirando con gran extrañeza
su divina presencia
en aquel lugar encerrada.
Fuera del matrimonio,
consagrada a su oficio
y con la madura belleza
de quien vive en paz
con su alma,
e impotente me siento
de hallarme cohibido
por su mayor experiencia,
o por el amor a sus hijos,
o por la incumplida promesa
de quien la dejo abandonada.
Quiero preguntarle si extraña
al atento marido,
al lecho compartido,
a las caricias sinceras,
al orgasmo en su cama.
Mas en eso me quedo,
en diáfanas preguntas
de un romance no nacido,
para usted desconocido,
pero que quisiera... amarla.  

Sobre el Amor y otras reflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora