PRIMERA PARTE

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cherrydenny esta historia es para vos espero te guste, las segunda parte la subo en poco tiempo...espero

Al anochecer, cuando llegaron a la frontera, Hermione Granger se dio cuenta de que el dedo con el anillo de bodas le seguía sangrando. El guardia civil con una manta de lana cruda sobre el tricornio de charol, examinó los pasaportes a la luz de una linterna de carburo, haciendo un gran esfuerzo para que no lo derribara la presión del viento que soplaba de los Pirineros. Aunque eran dos pasaportes diplomáticos en regla, el guardia levanto la linterna para comprobar que los retratos se parecían a las caras.

Hermione Granger era casi una niña, con unos ojos color miel que irradiaban lo feliz que era, una piel de melaza que todavía denotaba la resolana del Caribe en el Lúgubre anochecer de enero, estaba arropada hasta el cuello con un abrigo de visón que no podía comprarse con el sueldo de un año de toda la guarnición fronteriza.

Harry Potter, su marido, que conducía el coche, era casi un año menor que ella y casi tan bello como ella, llevaba una chaqueta de cuadros escocesa y una gorra de pana. Al contrario de su esposa, no era muy alto pero si atlético y tenía una mandíbulas de hierro de los matones tímidos. Pero lo que revelaba mejor la condición de ambos era el automóvil platinado cuyo interior exhalaba un aliento de bestia viva, como no se había visto otro por aquella frontera de pobres.

Los asientos posteriores iban llenos de maletas demasiado nuevas y muchas cajas de regalos todavía sin abrir. Ahí estaba también el saxofón tenor que había sido la pasión dominante en la vida de Hermione Granger antes de que sucumbiera al amor contrariado de su tierno pandillero de balneario.

Cuando el guardia les devolvió los pasaportes sellados, Harry Potter le pregunto donde podría encontrar una farmacia para hacerle una curación a su esposa en el dedo y el guardia le grito contra el viento que preguntaran en Hendaya, del lado Francés.

Pero los guardias de Hendaya estaban demasiado cómodos sentados a la mesa en mangas cortas, jugando cartas mientras comían pan mojado en tazones de vino dentro de una garita de cristal cálida y bien alumbrada y les basto con ver el tamaño y la clase de auto, para indicarles por señas que se internaran en Francia. Harry hizo sonar varias veces la bocina, pero los guardias no entendieron que los llamaban, sino que uno de ellos abrió el cristal y les grito con más rabia que el viento.

_Merde! Allez-vous-en!

Entonces Hermione salió del coche envuelta con el abrigo hasta las orejas y le pregunto al guardia en un perfecto francés, donde había una farmacia. El guardia contesto por costumbre con la boca llena de pan, que eso no era asunto suyo y menos con semejante borrasca y cerró la ventanilla.

Pero luego se fijo con atención en la muchacha que se chupaba el dedo herido envuelta en el destello de los visones naturales y debió confundirla con una aparición mágica en aquella noche de espantos, porque al instante cambio de humor. Explico que la ciudad más cercana era Biarritz, pero que en pleno invierno y con aquel viento de lobos tal vez no hubiera una farmacia abierta hasta Bayona, un poco más adelante.

_ ¿Es algo grave?- pregunto.

_ Nada- sonrió Hermione, mostrándole el dedo con la sortija de diamantes en cuya yema era apenas perceptible la herida de la rosa- es solo un pinchazo.

Antes de Bayona volvió a nevar. No eran más de las siete, pero encontraron las calles desiertas y las casas cerradas por la furia de la borrasca, y al cabo de muchas vueltas sin encontrar una farmacia decidieron seguir adelante. Harry se alegro de la decisión, tenía una pasión insaciable por los autos raros y un padrino con demasiados sentimientos de culpa y recursos de sobra para complacerlo y nunca había conducido nada igual a aquel Bentley convertible de regalos de bodas. Era tanta su embriaguez en el volante que cuando más andaba menos cansado se sentía, estaba dispuesto a llegar esa misma noche a Burdeos, donde tenía reservada la suite nupcial del hotel Splendid, y no habría vientos contrarios ni bastante nieve en el cielo para impedirlo.

TU RASTRO DE SANGRE EN LA NIEVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora