Capítulo uno.

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El hombre que me aferraba los brazos me tiró dentro de la habitación con una fuerza desmedida. Lo miré con resentimiento y él se marchó, azotando la puerta detrás de él.

Me acomode la ropa, toda revuelta después del forcejeo que había protagonizado hace unos cuantos minutos, y mire entorno.

Estaba en un cuarto de baño, de esos gigantes que ves en los gimnasios, con muchos cubículos ducha y casilleros para guardar tus pertenecías pegados a los muros.

Mi vista paseo hasta topar con el único casillero abierto, a unos metros de mi distancia. Camine hacía el, dentro había ropa limpia y sobre ella, una nota con dos simples palabras.

''BAÑATE. CAMBIATE ''

La arrugue con fuerza y la tiré al suelo. Mire con recelo aquella pulcra vestimenta. ¿Con cuánto tiempo habían contado para dejar esto aquí? No habían pasado más de diez minutos desde que me negué a ser operada o lo que sea en aquella sala y ahora había ropa dispuesta para mí, como si hubiese sido el plan original desde un principio. ¿Es que todo el teatro de recuperar la memoria y salvar a Luke no había sido una más de sus estúpidas variantes y una vez más hice lo que supusieron iba a hacer? Supe que la respuesta ya la sabía y todo mi cuerpo hirvió de rabia.

No había caso. Hiciera lo hiciera estaba complaciendo a esos idiotas y reaccionando como ellos disponían. ¿Cuál era el objetivo de seguir resistiéndome?

Me quite la ropa y me metí debajo de la cortina de agua que despedía la ducha. Capas y capas de mugre de días y semana estaban siendo lavadas, mi cabello, tieso de tanta arena volvía a cobrar vida. El jabón me comenzaba a entrar en los ojos pero yo no hacía nada para cerrarlos, ya que cada vez que lo hacía la imagen de Luke llenaba aquella oscuridad. No quería pensar en ello pero inevitablemente mis pensamientos me llevaban una y otra vez a ello. Quería convencerme de que no era mi culpa, que Luke ya estaba infectado y que aquel final había sido el mismo aquí o en el desierto. No había cura y aunque hubiese permitido que la Rata me sometiera aquella operación el resultado habría sido el mismo. Las palabras de la Rata fueron ''...esta es tú última prueba'' y fue cuando lo comprendí todo. ¿Para qué necesitan más pruebas, más variables, más experimentos si la Cura ya estaba preparada? Nos habían engañado, una vez más.

Salí de la ducha y me cambie de ropa. Se sentía raro llevar algo tan limpio, sin olores raros ni suciedad. Me sentía como si estuviera vestida de nubes.

No había terminado de examinarme frente a un espejo cuando escuche golpes llamando en la puerta. La costumbre me hizo recelar y ponerme en guardia, pero luego me recordé que no tenía sentido, que estaba en las instalaciones de CRUEL y que si algo tenía que suceder, iba simplemente a pasar.

-¿Quién es?—Pregunté en voz alta. Mi voz hizo eco.

-¿Estas lista?—Preguntó a su vez. Me di cuenta que se trataba de la Rata.

-Sí.

-Muy bien.

La puerta se abrió y en el umbral estaba él. Parecía más tranquilo que nunca, con una media sonrisa en su cara y completamente solo. Sin guardias. Era como si mi cambio de actitud pudiese palparse.

-Luces estupendamente, ____.

-Sí, nada como una ducha después de pasar por todo un infierno. He leído que hace bien para el cutis.

-___, pronto te darás cuenta que todo por lo que pasaron...

Con un gesto impaciente lo interrumpí;

-Tiene un propósito y cuando lo entendamos, comprenderemos que ustedes son unas maravillosas personas que solo piensan en el bien. Si, ya lo he oído. –Asaltada por un repentino pensamiento, continué. – ¿Cuándo podré ver a los demás?

-Ahora mismo. –Me contestó. Hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera. Mientras caminábamos, siguió hablando. –Para la fase tres de las pruebas, cada uno pasó por diferentes test. Habíamos esperado tener terminado los paradigmas de la zona letal en el final de la segunda fase pero, para seguir adelante, tuvimos que improvisar. No obstante ya estamos muy cerca. Ahora todos ustedes serán socios de esta tarea y nos ayudaran a afinar y examinar el trabajo de forma más profunda hasta aclarar este misterio.

Fruncí el ceño, reflexionando. Mi tercera prueba debió haber sido la operación para recuperar mis recuerdos, prueba en la que utilizaron a Luke de manera improvisada para orillarme a elegir. Había sido algo duro, sin duda, pero no quería imaginar a que tormentos sometieron a los demás.

Apreté los puños al imaginarme que fue lo que tuvo que pasar Newt.

De pronto La Rata se detuvo frente a una puerta, abriéndola sin vacilar.

-Henos aquí. –Dijo.

Al ingresar a un pequeño auditorio experimente una calma que no recordaba haber sentido nunca.

Ubicados en doce filas de asientos, se encontraban mis amigos, sanos y salvos. Los habitantes y las del grupo B, hablando y lo que parecía, todos contentos y animados.

El primero en reparar en mi posición, pues no me había movido un centímetro debido a la emoción, fue Minho.

Saltó de su asiento y fue a mi encuentro, envolviéndome en un abrazo. No me detuve mucho a pensar que Minho nunca había demostrado tanta felicidad al verme, me limite a devolverle el abrazo y sonreír como una estúpida. Una lluvia de saludos y rostros fueron apareciendo a mí alrededor, me separé de Minho y enseguida otro par de brazos me rodearon y una tupida melena rubia tapó mi visión.

-¡No tienes idea como fueron estos días, ____, no tienes idea! –Farfullo Newt en mi oído.

-¡Estas bien! –Le grité a mi vez. Me separe un poco de él para examinarle, pero todo parecía estar en orden. Más limpio que nunca y en su piel tersa no había marcas de algún enfrentamiento. Lo bese con alegría, haciendo caso omiso de los repentinos silbidos que eso provoco.

-¡Eh, que lo matas!—Grito Sartén.

Me reí y me separe de Newt. Él reía con la mirada.

-No sabía que fuera tan popular. –Le dije, algo turbada por los calorosos saludos de todos.

-No estuviste en un buen tiempo y desapareciste de la nada. –Repuso Newt, sus ojos parecieron repentinamente atormentados.

-¿Buen tiempo?—Repetí como aletargada. – ¿Newt, cuanto ha pasado...?

-Semanas. –Contestó él, frunciendo el ceño. – ¿Perdiste la noción del tiempo?

Fue como si un engranaje hiciera click en mi cerebro. Fue por eso que cuando vi a Luke la enfermedad ya había hecho estragos con él. El tiempo que estuve inconsciente no estuve dormida, estuve en coma.

-Sí. –Respondí con lentitud. No tenía ganas de explicarle por qué no había sentido el tiempo que paso. –Supongo que perdí la noción.

-No eres la única. –Prosiguió Newt. –Tommy llego una hora antes que tú y tampoco le habíamos visto el pelo en semanas. Aunque claro, su caso fue al revés, el creía que había pasado más tiempo.

Estuve tentada en preguntarle a Newt de que se había tratado su prueba, pero me aguante. Dudaba que fuera algo que él quisiese recordar, como sucedía en mi caso.

-¿Pasa algo?—Inquirió.

Me libre de contestarle porque en ese instante La Rata apareció por el pasillo, golpeando las manos.

-Tomen asiento. Antes de extraer el neutralizador nos quedan algunas cosas que aclarar.

Todos enmudecieron de golpe. La Rata subió al escenario y se acercó al atril. Con una sonrisa forzada se dirigió a nosotros.

-Muy bien, damas y caballeros, están a punto de recobrar sus recuerdos, del primero hasta el último.


La Recluta A-0[La Cura Mortal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora