Segunda parte

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Cuestiones imperecederas


¿Qué es un problema de filosofía?

La filosofía discute cuestiones que nos afectan como seres humanos. Si nos preguntasen cómo podemos reconocer un problema filosófico, cómo podemos distinguir una pregunta específicamente filosófica del resto de las preguntas que nos hacemos al cabo del día, una buena respuesta sería decir que una pregunta es filosófica cuando se interesa por un tema que es de interés para cualquier persona.

Todos nos pasamos la vida formulando preguntas. Si queremos ir de viaje a Francia, las haremos sobre París, sobre la comida francesa, los monumentos, los hoteles y los medios de transporte del país; pero si no vamos a ir a Francia, lo normal es que no sintamos ninguna necesidad de preguntar sobre ese país y sus costumbres. Si queremos cocer un huevo, nos interesará saber a qué temperatura hierve el agua, pero si no nos gustan los huevos cocidos, podemos desentendernos de ese dato. Los intereses que no son filosóficos están directamente relacionados con las


cosas que queremos hacer, tienen una utilidad práctica, más o menos inmediata.

En cambio, lo peculiar de la filosofía es que se interroga por lo que somos como seres humanos y no sólo por lo que queremos puntualmente.

Imagina que quieres tomar un tren, acudir a una cita o ver un programa de televisión a las siete. Imagina que has salido a la ca le y te has dejado el reloj en casa. Si has perdido la noción del tiempo, entonces buscas a alguien a quien poder preguntarle: «¿Qué hora es?». En cuanto te dicen que son las seis y media, te desentiendes, cesa tu interés por la hora y te dedicas a preparar la cita, a ir a la estación, o a casa para encender la televisión. La hora ha dejado de interesarte, porque la pregunta era puramente instrumental, ya ha cumplido con su función, así que puedes olvidarte.

Pero si en lugar de preguntar por la hora, me pregunto qué es el tiempo, ya no estoy relacionando mi interés con algo concreto que quiero hacer. Y la respuesta tampoco revertirá sobre mi vida diaria. Sea lo que el tiempo sea, voy a seguir comiendo igual, bebiendo igual, paseando, tomando el tren,


conversando... No va a alterar mi vida, porque la pregunta no tiene nada que ver con lo que voy a hacer, sino con lo que soy.

Cuando me pregunto qué es el tiempo, lo que me estoy preguntando es qué supone vivir en el tiempo sabiendo que el tiempo existe, me estoy preguntando qué significa despertarme por las mañanas, saber que me voy a morir. Me estoy preguntando por el significado de ser humano.

ÉTICA DE URGENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora