Prólogo - El Sueño

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No había dormido bien desde hacía algunos días a causa de las pesadillas que me espantaban por las noches. Gracias a ellas, mi cuerpo se rindió ante el cansancio y caí sin darme cuenta en un sueño profundo mientras escribía en mi computadora.

En mi sueño, estaba en un campo, quizás un bosque. Si, era un bosque bastante despejado, como los que se ven en las películas, con algunos árboles dispersos pero de ramas tupidas, tranquilo, con pajaritos de colores volando relajadamente, sin las necesidades de preocuparse a ser arrollados por un auto.

Frente a mi había un claro lleno de flores y grama de la más suave que he sentido ¡en mi vida! No picaba, no había hormigas que se subieran a los pies si decidías caminar descalza, simplemente era perfecto.

Me pregunte dónde estaba, y luego de algunos segundos había olvidado mi pregunta y me concentre en disfrutar del momento.

Tenía puesto un vestido corto de verano blanco que me llegaba hasta las rodillas, con una cinta rosa claro marcaba la cintura y era fresco como la brisa. Estaba embobada por el paisaje y divertida de ver toda clase de animalitos correr, volar y nadar a su antojo. Mientras caminaba me di cuenta que aquel lugar era ¡ENORME!

Continué caminando mientras me maravillaba y me llenaba de tanta paz que no pensé que fuese real. Luego de caminar unos pasos más, los árboles comenzaron a dar paso a pequeñas piedras que incrementaban su tamaño a medida que se acercaban a un lago, cerca de la orilla habían piedras lo suficientemente grandes como para sentarse sin miedo a caer al agua, lo cual obviamente hice.

El paisaje era precioso, un imponente risco cubierto de esa suave grama se levantaba a mi derecha mientras que frente a mí unas hermosas y enormes montañas poblaban el paisaje y cerraban el espacio a ojos curiosos a la vez que delimitaban el ancho del lago, a pesar que se extendía unos cuantos kilómetros frente a mis ojos, pero no podía ver cuán largo era.

Cuando dejé de babear por las bellezas que se presentaban anti mis glotones ojos, vi una sirena.

Su piel color celeste matizada con escamas azul rey brillaba con las gotitas de agua que aún quedaban prendidas de ella; saco la cabeza por la orilla del lago y apoyada en una roca pequeña, me extendió su mano e hizo un pequeño movimiento para acompañarla, sin embargo, estaba consciente de que no podría sostener la respiración el tiempo suficiente como para llegar a toda la extensión del lago sin ahogarme o tener que salir cada treinta segundos a respirar. Así que hice señas, ya que no sabía si entendería el castellano, de que no podría seguir el paso.

Ella se incorporó un poco más a la orilla y me miró con unos ojos encantadores y amigables color marrón chocolate. Cuando habló, su voz era un tono suave, como quien no desea perturbar la paz en un santuario y me dijo que no tenía por qué temer, yo pertenecía a ese mundo.

No me había movido de mi lugar en la piedra y en ese momento escuche varias risas venir en dirección de los árboles que protegían buena parte del lago. En cuanto voltee para curiosear de donde provenían las risas, tres chicas con vestimenta muy similar a la mía pero en diferentes colores, venían corriendo hacia el lago y sin reparar en mi presencia se lanzaron al agua haciendo caso omiso de su ropa.

La sirena que había salido a saludarme aún se encontraba frente a mí. Cuando regresé mi vista al lago me dijo que esas chicas habían llegado unos días antes que yo y que con mi presencia completarían la familia. En ese momento me di cuenta que no tenía nada que temer.

La sirena se retiró un poco de la orilla mientras yo bajaba lentamente de la piedra para adentrarme en el lago cuando, de pronto un nombre llego a mi mente "Záfira", ese era el nombre de la sirena de color exótico que había salido a mi encuentro.

Una vez dentro del lago, noté que no necesitaba respirar, era una sensación algo incomoda pero no le preste mucha atención y continué mi recorrido por el lago. Me sorprendí de igual manera la naturalidad con la que se me daba mover la cola, porque mi vestido blanco se transformó en una hermosa cola brillante con escamas blancas, plateadas y celestes que brillaban con la luz del sol y el agua en un juego de luces que parecían un prisma magnificado.

Nadamos por unos minutos sin hablar, ella me dejó observar todo a mí alrededor mientras nadaba unos metros delante de mí.

No podía creer que fuese tan profundo, ya que desde la superficie apenas se puede apreciar cuando el color se oscurece al alejarse de la orilla, pero era realmente profundo y se extendía varios kilómetros debajo de la misma orilla.

Llegué, junto a Záfira hasta una gran verja que se imponía en la entrada de una gruta profunda, a esta distancia de la superficie la luz solar era escasa, pero de alguna manera podía ver claramente, era una de las preguntas que debía hacer luego del "tour".

La enorme reja se abrió o mejor dicho comenzó a sumergirse para darnos paso y noté que la gruta era una especie de habitación. Tal como en los cuentos, las sirenas utilizaban materiales encontrados en el mismo lago para arreglarse el cabello, dormían en conchas enormes y cantaban una melodía atrayente, a la que solo los humanos son susceptibles. Sin embargo, la sentía en el alma, como si formara parte de mí.

Justo cuando me estaba reuniendo con las otras tres chicas que habían arribado al lago días antes que yo, fui succionada nuevamente a la realidad.

Pero algo había cambiado en mí. Ya no sentía el cansancio de las largas noches en vela y tenía la seguridad de que alguien me vigilaba y protegería mi sueño de los que quisieran agobiarme en las noches, impidiéndome que lo conciliara.

Me levante de la silla donde había caído rendida horas antes y cuando me estiraba para despertar a los músculos contraídos por la posición poco común en la que había dormido, con medio cuerpo sobre mi escritorio y el otro sobre la silla; me di cuenta de que en mi muñeca izquierda tenía una pulsera hecha de hermosas piedras brillantes y otros materiales que no lograba distinguir. La cual no tenía antes de caer en ese sueño tan profundo y placentero. Al pasar la mano por mi cabello lo sentí húmedo, como si hubiese acabado de salir de la ducha, mojando mi camisa en cada lugar donde el cabello tocaba la tela. En ese momento me di cuenta que no había soñado nada de eso.

"¡Fue real!" Salté de la silla de un brinco, haciéndola caer al suelo. Seguramente despertaría a los vecinos con todo el escándalo, pero en ese momento no me importaba.

Había sido real, todo lo fue, de eso estoy segura y pronto me reencontraría con mis hermanas. Solo que no sabía muy bien cuando.

A.N

Hola! tengo más de un año que no publico nada, bueno tenia una historia pero no logre atrapar la inspiración en letras y por ello decidí guardarla por ahora y en su lugar coloco esta que reapareció en mi vida luego de buscar cualquier otra cosa y estar bajo mucho estrés.

Espero que crezca y se convierta en algo divertido, genial y especial tanto para ustedes como para mi.

Arriba esta una foto de como veo el lago o parte de el. Les dejo libre imaginación a completar los espacios faltantes.

Lots of Love my Dears



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