Capítulo 1

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¡Hola! Disculpen por tardar tanto en actualizar, pero me enfermé y no tenia energías ni para prender la computadora, pero logré armar un borrador que me ayudó a tener este cap ¡listo para hoy!

Arriba una foto más o menos del conjunto de Amara... todavía no estoy segura si dejaré las fotos, pero por ahora se quedan.


Soy Amara y cumplí 20 años hace poco. Curso el segundo año de universidad en Lake City, una ciudad pequeña o un pueblo lo suficientemente grande para querer ser llamado ciudad.

"¡Amara despierta!" Resonó la voz de mi tía al otro lado de la puerta. Estaba muy cansada y mi cuerpo se sentía increíblemente pesado, como si un pastor alemán estuviese durmiendo en mi espalda mientras imprimía toda su fuerza para dejarme estampada contra las sábanas y el viejo colchón de mi habitación.

Creo que volví a quedarme dormida, porque lo siguiente que recuerdo es sentir que mi colchón se hundía de un lado y que me zarandeaban suavemente mientras me decían las palabras que nadie quisiera escuchar al amanecer.

"Sólo quedan dos panquecas en el plato"

Eso fue más que suficiente para hacerme mover mí pesado y cansado cuerpo con rapidez sobre humana, correr por el pasillo y lanzarme en el espacio vacío más próximo.

Tenía suerte de vivir en un complejo de apartamentos, donde todo quedaba en la misma planta, así podía prácticamente correr con los ojos cerrados hasta la cocina-comedor sin el temor de acabar tropezando o cayendo por las escaleras.

Luego de literalmente aterrizar en la silla, miré el plato que se encontraba frente a mí, solo para ver como las dos últimas panquecas se despedían de mí en las horrendas garras de mis primos mayores.

Ok, lo admito, fue mi error quedarme dormida, otra vez. Y posiblemente todos en la casa fuesen adictos a las deliciosas creaciones de mi tía Jules, pero podían ser un poco más amables con un alma en pena como yo. Está bien, muy dramático, ¡pero es verdad!

No habían pasado más de dos segundos desde que me despedí de las esponjosas delicias, cuando una hermosa y delicada panqueca recién hecha apareció en mi plato.

Miré hacia arriba para encontrar a mi tía con una sonrisa en su rostro mientras yo le agradecía con una igual. Y al tiempo que se volteaba para acercarse a la cocina nuevamente, yo vertía una piscina de miel sobre mi hermosa panqueca.

Mi tía sabía las pirañas que tenía por hijos y que yo moría por comer sus delicias. Siempre podía preparar algo para comer en el camino, pero nada como la comida casera y más la de ella. Algunas personas nacen para ser mamás y ella seguro lo había hecho.

Luego de comer dos de esas delicias y agradecer el desayuno, fui al baño para asearme y poder vestirme con suficiente tiempo para no parecer vagabunda.

Cuando estuve lista, mis primos esperaban en la puerta para llevarme. Los tres estudiamos en la misma universidad, una de las razones para mudarme con mi tía, además de sus delicias culinarias, pero ellos son un año y medio mayor que yo, así que no vemos ninguna clase juntos.

Ellos son gemelos, de piel algo tostada, con cabellos marrón chocolate y ojos a juego, con una sonrisa tonta que nadie parece poder quitárselas. Son al menos dos cabezas más altos que yo y ahora que van regularmente al gimnasio, sus cuerpo cambiaron de ser larguiruchos a formados y definidos, nada muy grande, en la familia somos bastante esbeltos, pero tienen músculos en los lugares correctos, o eso dicen ellos.

Yo tengo el cabellos ondulado, esos que no llegan a ser completamente lisos, son delgada pero no muy flacucha pero algo baja, apenas alcanzo el metro sesenta y cinco y con tacones algo más. No suelo ir muy arreglada a la universidad, al final de cuentas solo estarás sentada en un salón con un montón de gente escuchando clases, pero esta vez decidí poner algo más de empeño en mi arreglo y combinar unas lindas calzas largas de lana negra tejidas, que llegan hasta las rodillas con unos tacones bajos negros, una falda negra con vuelos por encima de las rodillas y un sweater vino tinto, nada muy producido pero lindo, combinado con una trenza suelta que cuelga de uno de mis hombros.

Bajamos hasta el auto y lanzamos los bolsos en el asiento de atrás, dejando un espacio vacío para sentarme. Me coloqué el cinturón y salimos del estacionamiento.

No tardamos más de veinte minutos para llegar a la universidad, pero ya había bastante gente para ser las ocho de la mañana. Aparcamos en un espacio vacío cerca de la entrada y con los bolsos al hombro nos encaminamos a la puerta de entrada.

Fue allí cuando la vi, una chica de cabellos lisos y negros que se movían con el viento matinal, con piel blanca y un vestido blanco que la hacía ver tan etérea como una ninfa, pero estaba segura que no la había visto antes, entonces... ¿por qué me resultaba tan familiar?

Entonces se volteó, como sintiendo mi mirada sobre ella.

Un susurro se coló en mis oídos, una voz suave que me invitaba a escucharla... "¿Amara?.... Amara..."

Sacudí mi cabeza, para liberarme del sonido de esa voz, pero todo comenzó a dar vueltas, no me había dado cuenta que me detuve en medio del estacionamiento hasta que intenté buscar a los gemelos con la vista. Giré muy rápido la cabeza y fue la peor decisión, todos los colores comenzaron a mezclarse y las luces se apagaron.

"oh oh..." Fue lo último que me escuché decir antes de entrar en la oscuridad más fría que había sentido hasta entonces.

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Está algo largo pero me gustó como quedó la introduccion de algunos de nuestros personajes, diganme que les parece y si quieren conocer más sobre los gemelos.

Se me acaba de ocurrir una genial idea, pero todo dependerá de ustedes, ¿qué tal si hago un libro corto, con las recetas que la tía Jules haga en el libro? será algo diferente y cada receta probada por mi, en caso que deseen prepararla.

Lots of Love

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora