"Perdón" CAMREN G!P (Segunda parte de "señorita camila").

#Cap 1: Amor.

Narra Camila.

-Buenos días dormilona-besé su espalda desnuda, justo en donde tenía un pequeño lunar.

-Buenos días-susurró adormilada.

-Debes ir a la Universidad-acaricié su cabello.

-No quiero-suspiró escondiéndose bajo la almohada.

-Vamos-reí-te preparé el desayuno-me levanté de la cama-se te va a enfriar-me puse las pantuflas y salí de la habitación hacia la cocina.

Lauren iba en su quinto año Universitario y su padre le a dado trabajo en su Hospital para que haga la practica, por el momento solo es su acompañante así se acostumbra pero cuando se gradúe le dará un asenso y podrá hacer lo que más ama. 

Ser Doctora.

Vamos a cumplir siete años de noviazgo y debo decir que han sido los mejores años de mi vida. Como toda pareja tenemos discusiones de vez en cuando pero siempre las hemos afrontado. 

Yo sigo trabajando en la misma escuela que estaba Lauren y de vez en cuando me va a buscar pero ahora no es un secreto que somos novias, de todas formas ya no estudia allí así que no pueden entrometerse.

-Al fin-sonreí cuando la vi vestida y con su cabello aún mojado-su café, Doctora Jauregui-besé su mejilla.

-Muchas gracias, Señorita Camila.

-De nada-me senté a su lado-¿a qué hora terminan tus clases?-mordí la tostada que había preparado.

-A las cuatro, recuerda que hoy tenemos que ir a la casa de mi madre.

-Sí-sentí como se apoyaban en mi pierna-hola, mi amor-acaricié su pelaje negro.

Se me había olvidado. Ahora tenemos una perra, se llama Lena. Lauren la trajo un día diciendo que la había visto perdida y que le pareció muy linda. Al principio no estaba de acuerdo con la idea de traer un perro al departamento pero Lolo me convenció y aquí está.

Tiene dos años, cuando Lauren la encontró solo tenía cuatro meses y era una cosita tan pequeña pero ahora está enorme y más inquieta que nunca.

-Hoy tengo prueba-se bebió el café de un solo sorbo.

-Te irá bien-le sonreí-estudiaste toda la semana.

-Eso espero, no puedo reprobar-se levantó y dejó la taza en el lava platos.

-¿No comerás nada?

-No-se acercó-ya debo irme-se inclinó y dejó un beso en mis labios.

-Te amo-le sonreí.

-Te amo más-me guiñó-nos vemos en la tarde-se colocó su chaqueta.

-Maneja con cuidado-le sonreí.

-Sí-abrió la puerta-Camz-se volteó-por cierto, te ves cada día más hermosa.

-Ya vete-reí.

-Te amo, mi amor-gritó antes de cerrar la puerta.

Todo iba perfecto, no podía pedir nada más.

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