Pt. 2

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Su cabeza se volvió confusa, si bien Yoongi había sido violento antes, nunca llegó a tanto como en la última ocasión, siempre eran discusiones sin sentido hasta que el mayor de ambos se cansaba y aún en ebriedad, se marchaba hacia el cuarto de ambos. Incluso luego de eso solían dormir juntos o tener el llamado "sexo de reconciliación". Pero en ésta ocasión no sería de esa manera.

No se dio cuenta que se adentró en un callejón hasta comenzar a patear jeringillas que estaban el suelo y muchísimos cigarrillos terminados, pero no le importó demasiado, estaba tan cegado que tampoco se dio cuenta de que lo venían persiguiendo dos hombres desconocidos hacía dos cuadras atrás. Los hombres le gritaban cosas, y Jungkook sentía sus voces muy cerca y su corazón palpitando rápidamente por el miedo. Uno de ellos lo tomó de un hombro y le propinó un puñetazo, el otro simplemente rió y esperó su turno para golpearle con la rodilla en el estómago, Jungkook estaba resignado. Estuvieron un buen rato golpeándole, le robaron su celular, pero al ver que el castaño estaba en su mundo y no respondía a los estímulos de violencia, decidieron irse, dejándolo en el suelo.

Al cabo de un tiempo, se levantó y trató de seguir su camino en línea recta pero los golpes estaban afectándole, haciendo que vea borroso y se sienta mareado. Con un andar inseguro, distraído y herido, sin siquiera fijarse para cruzar, no vio las luces que se acercaban a él a altísima velocidad. Cabe mencionar que el conductor ni siquiera lo vio, ni tuvo tiempo de frenar.

Yoongi despertó, se encontraba en su habitación pero aún era de madrugada. Estaba teniendo una pesadilla con Jungkook, tal vez un mal presentimiento y por esto, empezó a llamar al chico a los gritos. El pecho del mayor dolía más del miedo al notar que no había respuesta a sus llamados; se colocó los zapatos y bajó las escaleras tan rápido que no supo como es que no se cayó. Pudo ver todo el desastre que causó en su ebriedad, pero lo que más le importó ver fue la puerta entreabierta y no se lo pensó dos veces antes de salir corriendo al exterior de su casa.

Mientras corría por las calles, en plena noche, la tristeza y preocupación lo invadían, ¿por qué se sentía tan inseguro? Tal vez Jungkook fue a la casa de alguno de sus amigos, pero, ¿y si le pasó algo en el camino? Las dudas asaltaban su cabeza. Su mal presentimiento se hizo mayor cuando muy cerca de él, a unas cuadras, se escuchaba la sirena de una ambulancia y trató de calmarse; había mucha gente en la ciudad, más aún en fin de semana, que puede tener un accidente a ésta hora. Pero sin poder detener su nerviosismo, decidió ir a investigar y siguió el sonido ruidoso de las sirenas.

Pésima idea.

Cuando llegó al lugar, sus piernas no soportaron su cuerpo, haciendo que cayera de rodillas frente a lo que acababa de ver. Su cuerpo no podía moverse más, tampoco podía retener sus lágrimas al ver el cuerpo de la persona que más amaba entremedio de una ronda de gente, era demasiado para él. Se acercó gateando hasta la persona que estaba en el suelo para comprobarlo y en efecto era su bebé; tenía el rostro magullado, varios cortes en todo su cuerpo, su ropa algo rota y sus ojos cerrados. Su corazón dolió tanto al verlo de esa manera, nunca quiso que esto pasara, jamás. Además aún debía disculparse por todo lo que le hizo, esto no podía estar pasando ahora, no cuando se estaba por disculpar.

La ambulancia arrancó una vez que subieron el cuerpo de Jungkook a la misma, dejando a Yoongi, aún con su mente ausente, de rodillas y llorando. Cuando cayó en consciencia, comenzó a correr nuevamente hasta el hospital, tenía que verlo, tenía que saber que estaría bien. Una vez que llegó, no quiso descansar y rápidamente le preguntó en qué habitación estaba Jungkook, pero le respondieron que no podía verlo, que estaba grave y los doctores estaban haciendo todo lo posible, aunque no fue muy positiva, pero Yoongi no la culpaba, estaba siendo realista aunque doliera. Mientras estaba sentado, el mayor sentía que su corazón no latía más, que a sus pulmones les estaba costando transportarle oxígeno y su cabeza vagaba como nunca, ¿qué haría sin Jungkook? ¿Qué haría sin la persona que más amo en toda su vida?

Los doctores interrumpieron su ensoñación cuando varios de ellos corrían y gritaban hacia la habitación donde estaba Jungkook, Yoongi también corrió hasta la puerta, pero le cerraron la misma en la cara. Aún así, pegó su oído y escuchaba muchas cosas, entre ellas, un pitido contínuo y ensordecedor y gritos como "el chico se nos está yendo". El de pelo menta no se quiso quedar a escuchar, camino como zombie hasta la salida del hospital, sus mejillas llenas de lágrimas. Éste era el fin.

Volvió a su casa, se encerró en su habitación y se recostó sobre la cama recordando momentos con Jungkook mientras acariciaba el lado dónde solía dormir el menor. Jungkook era ese tipo de persona que es irremplazable, bueno, era la persona más tierna, cariñosa y compresiva que había conocido en toda su vida, y no quería a otro a su lado que no fuera él. El menor siempre lo trató como un premio, como oro, como importante sin importar ni sus vicios ni ninguna de sus mierdas. Yoongi estaba tan enamorado que no sabía si iba a salir de ésta alguna vez. Amaba más al menor de lo que se amaba a sí mismo y eso era muchísimo para él.

Tomó el encendedor de su mesa de luz, no tenía ganas de seguir viviendo realmente, le había causado tanto daño al otro chico que no sabía como vivir con el remordimiento de nunca haberse disculpado o al menos decirle que lo amaba una vez, pero no, su orgullo lo retuvo de todo eso. Jungkook le había hecho tan feliz y no se imaginaba la gran mierda que lo había hecho pasar a él, eso era lo que más le dolía, no se lo perdonaría jamás. Jamás.

Decidió dejar de pensar, no tenía por qué estar sufriendo así. Bajó por una botella de vodka que tenía guardada, volvió a subir a su habitación y empezó a rociarlo todo con el líquido claro, su mente estaba tan cegada que al escuchar que sonaba el teléfono sin parar, decidió arrojarlo por la ventana, pero aún podía escuchar levemente el sonido. Luego de rociarla toda, dejó un poco para rociarse a sí mismo, su cabello menta ahora estaba un tono más oscuro por lo mojado y su camisa blanca se transparentaba. Nada le importó, nada. Prendió el encendedor y todo se consumió en llamas.

Un chico venía cantando borracho, solo, volvía de un antro y estaba derrotado, ni siquiera estaba viendo hacia adelante, sólo podía mantener su cabeza mirando al suelo para no pisar nada y caerse por la ebriedad. Estaba entrando a su casa cuando escucha a un teléfono sonar en la calle, comenzó a caminar hacia él y al tomarlo notó que estaba con la pantalla rota, su carcasa estaba con huecos también, pero no esperó más y atendió la llamada por inercia.

"-¿Hola?" Preguntó el pequeño hombrecito confundido, se sentía como estar violando la privacidad de alguien.

"Buenas noches, ¿Hablo con Min Yoongi?" Era la voz de una chica, la curiosidad aumentó y tuvo que mentir.

"-Si, soy yo mismo" No sabía a quién buscaba, pero esperaba que la mujer se tragara la mentira o se sentiría muy avergonzado, pero es que era un borracho curioso.

"-Buenas noticias, hemos logrado estabilizar al jóven Jeon, parece que se recuperará según los doctores-" Explicaba la chica y continuó hablando, pero el muchacho ya no estaba escuchándolo, porque al levantar la cabeza se encontró con una habitación ardiendo en llamas en frente de él.

Cortó.

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Bien, acá se acaba el drama (? espero que les haya gustado mucho :)

Alcohol {Yoonkook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora