Albert no recibia noticias de Pablo, por lo que al ser el mes de Julio decidio cojer una semana de vacaciones para liberar la tensión.
Fue con Daniela a un piso que tenía en su tierra, la Barceloneta y pasar unos dias tranquilo con su hija.-Papa papa
+¿Que pasa Daniela? -Pregunto Albert, mosqueado por que le despertaban de su siesta
-Quiero ir a la playa
+Yo también, pero iremos luego, estoy dormido
-Cuando yo duermo no hablo
+Pues bueno...
-¿Y que hacemos ahora?
+Ahora a dormir-dijo medio sonriendo
Se incorporó, y cojió a la pequeña en brazos y la tumbo junto a élDani, que sepas que tu papá te quiere mucho
¿Mucho mucho?-preguntó Daniela
Si, más que a nadie- la abrazó y se durmió de nuevo
Se le caia la baba con ella. Al rato se despertó y vio que estaba durmiendo.Eran las 6 de la tarde, asi que decidió hacer algo para merendar, aunque sus dotes cocineras no eran precisamente buenas.
A la media hora apareció Daniela en la cocina
¡¡¡Papi has hecho tortitas!!!
Y se puso a comer a lo loco. Si en algo le habia salido a su padre es en que comía mucho.
Se hartaron básicamente, Albert había hecho muchas y se habian comido casi todas.
Prepararon las cosas y se fueron a la playa. Se pusieron en primera linea, y Albert fue rapidamente para el agua de la mano de Daniela.
Papa no nos estamos metiendo muy adentro? - Dijo Daniela asustada
Pero si te tengo en brazos, cariño
Pero me da miedo, ¿ y si viene un tiburón?
Aquí no hay tiburones, pero si viene uno yo lo espantó
Entonces de repente Daniela chillo:
Papaaaaaa hay un-un tiburon-y se puso a llorar
En realidad era un señor buceando con un gorro con una aleta gris, Albert no le quedo otra que reirse e ir de nuevo hacia la orilla
Pablo por su parte aprovecho para ir a la montaña, allí nadie le molestaria. Dormiría en una tienda de campaña y pasaria el dia alli.
Al llegar colocó sus cosas, descanso un poco y se fue a hacer running. No habia nada que le hiciera liberar la tensión como eso (excepto...ya sabeis). Le gustaba correr en todas sus formas
Tras un par de horas, fue a la tienda y se cambio. Sabia que no muy lejos habia un lago, se puso el único bañador que tenia y fue a darse un baño.
Ójala estuviera aqui Albert, con lo que a él le gusta nadar- pensó mientras se metia
Ya empezaba a anochecer, salió, se secó y fue a cenar el bocadillo que habia llevado. Eran las 22:00, acabó de cenar a las y cuarto y se alejó de donde estaba hasta que pilló cobertura para marcar el número de su apoyo incondicional: Íñigo
Conversación telefónica
-Hola Íñigo, ¿que haces?
-Veía una peli en el sofá, ¿que pasa?Sabia que cuando le decia por su nombre, pasaba algo malo.
-Íñigo...no se que hacer. El día de las elecciones le dije a Albert que tenía que pensar en lo nuestro, y llevo dos semanas que no se nada de el y a saber que pensara, como estara...
-Pues llamale, es así de sencillo. A ver, ¿tu que sientes por él?
-Me estoy dando cuenta de que le quiero, joder- dijo sollozando- pero no quiero hacerle daño
-¿Y por qué ibas a hacerselo?
- Por que si pasara cualquier cosa el seria el mas afectado, no quiero arruinarle la vida. Y aparte, ni siquiera se si me volveria a dar una oportunidad
-Pablo, dejó a su novia por ti, y te buscó la vez anterior. Yo lo veo claro
-Y eso es lo que pasa. ¿Y si nos acaba estallando en la cara todo esto?
- ¿Tu no eres el que siempre dice "quien no arriesga no gana"? Pues si tanto dices que le quieres ve a por él en lugar de evadirte del problema, que tu no eres el tipo de persona que reacciona así
- Lo sé...hablare con él. Es lo mínimo que se merece
-Si seguro que acabais haciendo el debate-dijo Íñigo aguantandose la risa
-Ójala, por que me encanta hacer el debate con Albert. Una vez...
-Pablo no me cuentes detalles, no quiero saber como te follas al Sr Ibex
-Vale vale...
- Y descansa.Y come bien. Y mañana cuando llegues a tu casa me mandas un mensaje.
-Que siiii papa
Entró en la tienda y se metió en el saco. Y solo se le venian a la mente recuerdos de él y Albert. Le encantaban sus besos dulces, incluso cuando estaba cabreado le besaba con amor. Verle sonrojarse cuando le miraba, cuando en los plenos se echaban dardos envenenados y aún asi se sonreian mutuamente, debatir con él y que aunque sus ideas eran opuestas, le hablaba siempre con una contundencia. Le gustaba verle nervioso, y tranquilizarle y luego dormir con él. Y desayunar con el. Y básicamente compartir su día a día a su lado. Y se durmío, pensando en lo feliz que era cuando Albert estaba a su lado.
