dos.

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Tuve el cabello color chocolate,
azul negro, castaño claro. En californianas, cortado hasta la barbilla y largo hasta la cintura, con el flequillo corto,largo, cortado en capas y uniforme.

No salia de mi casa para nada, a no ser que fuese a la escuela o al supermercado.

No tenia una madrastra mala.
No estaba encerrada en una alta torre.
No tenia a un príncipe que me salvara, ¿salvarme? ¿de qué?.
En realidad mi madre era muy buena, me consentía en lo que podía. No tenia grandes tesoros, pero nunca falto lo esencial en nuestro hogar.

El rey no había muerto. Estaba por ahí, haciendo que sabe quien.
La reina, no dejo de ser reina, y no tuvo que tomar el mando.
Ella ya lo poseía.

Yo una princesa, o quizá nadie,
una simple campesina.
O subordinada de mi misma.
No tenia una inigualable belleza, pero tampoco era fea.
Simplemente era bonita.

No era la niña de los dieces en sus notas del colegio, tampoco era la que dejaba el año.

Es que lo mio eran las artes.
El colegio exigía la lógica matemática, la historia social y la ciencia general.

¿y que de el arte?

Yo era arte. Todos somos artes.

Abstracto,
simple,
cargado de detalles,
realista,
Cómico...

Mi nombre, Violeta.
Solía tener una amiga a los 5 años, no recuerdo su nombre.
Ella tenia dificultad para recordar el mio. Llegaba a mi casa. Tocaba la puerta. Gritaba colores.

¡amaría!, ¡azul!.

¡Niña de color!

Ella se fue.
La niña de color creció.
Pobre niña de colores.
Todo lo que tendría que vivir.

Una mala jugada de su mente.
O ¿la vida real?.

A estas alturas de la vida no lo sé.

Aveces sí, aveces no.

Quizá, tal vez,
¿por que no?.

Siempre pensando las cosas,
sobre pensando, y a veces haciendo cosas sin pensar.
Actuando en la euforia del momento, bajo los efectos de la tristeza o la felicidad.
Y de ella.

Una caída más, es una caída menos.

Pero, cada caída deja su cicatriz, profunda o superficial.
Física o emocional.

Mi mente olvida cosas, y recuerda otras, cambia eventos e inventa nuevos.

Fantaseo con felicidad, alimentándome
de micro segundos de esta.
La sonrisa de un bebé.
Un grupo de personas riendo.
El sol colándose por cualquier orificio en el techo,
las flores, la naturaleza abriéndose paso entre el cemento.

Eso, y más.

Felicidad, es subjetiva.
Te pertenece,
Me pertenece.

Es lo único mio, ella lo posee todo.
Todo lo negativo,
No puedo sacarla de mi,
Me pertenece.
Le pertenezco.

Diario De Una Inestable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora