Pasé toda la tarde durmiendo para que el tiempo se hiciera menos y la llegada de Mason a mi casa más rápida. Sonó el timbre, era él.
-¡Hey! Pasa, adelante.
-Hola.- De nuevo lo hizo, sonrió de un modo nada peculiar pero único en él; aquel modo que sólo Mason tiene y que me gustaba tanto.- Eh Alex... Yo, traigo la pintura que mencioné en la escuela.
-Genial, muestramela.
Retiró la manta que estaba encima del cuadro que él había pintado. Ahí estaba yo, peinada y vestida como el primer día que me vio; pero no era la pintura que hizo en clase.
-Oh Mason, es hermosa.
-Ya lo sé.- Nuevamente aprovechó la situación para coquetearme un tanto, y le funcionaba. Me hacía sonrojar cuando él quería.
-Jajaja ¡Oh! No tengo palabras para decirte ahora... Estoy conmocionada por tal obra de arte.
-La musa es la del Arte y no el Artista.
Y así pasamos la tarde mirando películas, arrojando globos con agua a personas desde mi azotea, tomando el té, molestando a mis hermanos, era como estar un rato fueras de este mundo; aunque se empezaba a hacer de noche y no nos percatamos hasta después de un rato...
-Mason deberíamos ir al cine mañana por la noche.
-¡¿Po-po-por la noche!?
- Ah... sí, ¿Hay algún problema?
-No... bueno sí, esque en la noche ya no puedo salir... perdón este ¿qué hora es?
-No lo sé, haaaam como las 7 u 8.
-Ah lo siento, tengo que irme.- y como siempre se alteraba al decir eso.- perdón, te quiero.- y me besó la mejilla.
Se fué.
¿Debía estar preocupada por sus repentinas huidas? Ni siquiera podía pensar en elloo por aquel beso en la mejilla y su "te quiero" tan repentino, aún así me agradó el gesto.