FNAF Instituto (Yaoi/gay)

Cuidando al enfermo

Sinceramente, pensé en hacer otro capítulo secundario pero viendo lo que veo un poco de principal no hace daño a nadie. Recordar que podeis seguir mandando ideas <3

Pov. Golden Freddy:

Cuando abrí los ojos todo mi mundo estaba dando miles de vueltas. Me moría de calor pero en cuanto me destaba un frío inmenso invadía mi cuerpo obligandome a taparme de nuevo. Miraba el teclo de mi cuarto el cual no parab de moverse por culpa de mi mareo. Sinceramente, no sé cuanto tiempo estuve inconsciente, había perdido la noción del tiempo.

Al intentar recordar lo que sucedió todo pasó como luces parpadeantes que hacían que mi cuerpo se entumeciera y doliera de una manera bruta. Me esforcé en levantarme pero mis piernas, brazos y cuello escocían de tan solo moverlos un centímetro. En cambio, mi cadera parecía estar rota. El dolor impedía que recordase todo lo que sucedío aquel día, y por un lado me alegraba.

Cogí aire y esperé desesperado en que alguien viniera, ver y hablar con alguien, era lo único que podía sacarme de mis pensamientos. Para mi desgracia, pasaron (quizás) horas hasta que Fazbear entró en mi cuarto con una bandeja llena de material médico.

—Por fin despertaste- fue lo primero que me dijo mientras que con sumo cuidado me incorporaba en la cama y me ponía un cogín en los riñones.

—¿Cuánto llevo inconsciente?- le pregunté con una mueca de dolor.

—Unos tres días. ¿Cómo te encuentras?

—La cabeza me va a estallar, y si no tengo calor tengo frío.

—Eso es normal, estas enfermo.

—¿Qué?

—Tranquilo, con la medicacion te pondrás bueno en nada.

Fazbear me quitó los pantalones y la camiseta dejándome ver que mis extremidades estaban completamente vendadas y ensangrentadas por algunas zonas. Me las empezó a quitar y por primera vez vi el daño que me habían causado las combas en mi piel. Todas las marcas eran heridas mezcladas con quemaduras.

—Estas marcas... También tengo en el cuello, ¿cierto? -le miré mientras él me quitaba la venda que rodeaba el sítio que le había nombrado.

—Por desgracia, es la que más sangra.

Cuando vi la tela no pude evitar tragar saliva dolorido. Estaba cubierta de sangre por la zona que había tocado la parte de alante de mi cuello.

—Quizás te duela o escueza pero intenta aguantar.

Cogió un bote lleno de alcohol y luego algodón. Tras empapar el algodón comenzó a apoyarlo sobre mi piel dañada haciendo que yo sintiese un agudo escozor en esos puntos tan delicados. Aguanté todo lo tranquilo que pude hasta que el alcohol tocó mi cuello. Ese dolor provocó un leve pero realmente sonoro gemido de dolor. Al terminar esa tortura vino la parte menos dolorosa, el betadine. Este se deslizó con delicadeza sobre mis heridas. Estaba frío por lo que aliviaba el ardor que me había aparecido por el alcohol. Una vez terminado, Me vendó de nuevo las piernas, los brazos y el cuello. Después me dio una pastilla y un vaso de agua. Me tomé el medicamento, y con ayuda de Fazbear, me volví a tumbar.

—Que hora es?-le pregunté.

—Las 10 de la mañana.

—¿No tendrías que estar en clase?

—Nightmare y yo decidimos quedarnos. 

Él se quedó cayado unos segundos. Yo lo miré y me di cuenta que sus ojos estaban llenos de rabia que fue desapareciendo conforme pasaban aquellos segundos. Tomó una calada de aire y por fin habló de nuevo.