Mire la luna de la madrugada antes de partir asía el nuevo día. Subo a ese viejo y polvoriento autobús, rechinando como siempre, él mismo viejo chofer, el mismo asiento.
Pero no es tan malo. Al bajar, la brisa golpea mi cara, un escalofrío recorre mi cuerpo. Mis pies se estremecen al pensar que estoy pisando el mismo piso, el cual fue mi camino en un pasado muerto.
Recuerdo mi reflejo en ese sucio charco. Aquel en el se veía un rostro sonriente y curioso. Pero, ¿Y ahora? ¿Qué queda? El sol buscaba compañía y se llevo aquella sucia agua, con ella todo lo que quedaba de mi.
Pero, ahora me encuentro solo, caminando en esa vieja calle, esa donde quedo todo aquello donde que fui.
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Lo Que Queda De Mi
PuisiNo podrás deshacer mi vida, ni desmoronar mi alma, todo lo que queda de mi esta desecho.