🌸Sakura🌸

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Él resto del día se había hecho lento y duradero, sin su presencia. Había llegado a mi casa y me había acostado de inmediato en la cama, agotada, para reflexionar un poco en qué diablos había sucedido ese día, mientras mi corazón parecía querer jugar una carrera con mis pulmones.

Apoyé la cabeza en la almohada y me observé las puntas de los dedos, aún podía sentir él suave tacto de su piel en las yemas, y oír su dulce voz resonando en mi interior. Entreabrí los labios y solté él aire contenido, él cual emanó lentamente, y deseé que fuera capaz de arrastrar consigo todas esas ideas locas que habían acudido a mi cabeza, ya que lo único a lo que llegaría sería a herirme a mi misma, ya que no tenía posibilidades con esa chica... era tan bella que de seguro ya tenía pareja y un montón de admiradores... Además, tampoco quería que pensaran que me aprovechaba de ella y su discapacidad, porque no era así, para nada. No creía... no podía ser amor a primera vista.

--¡TaeYeon!-- Oí la voz de mi madre llamándome desde el primer piso y me incorporé en la cama, calzándome con mis pantuflas de conejo que siempre llevaba luego de dejar los zapatos en la entrada. A lo mejor ayudar un poco con el negocio de takoyaki* me ayudaría a olvidarme un poco de todo y distraerme.

Bajé las escaleras a la velocidad de un rayo, dispuesta a ayudar con lo que sea con tal de apartar ideas extrañas y fantasear como idiota.

--¿Sí, mamá?-- Pregunté mientras ataba mi cabello en una coleta y me remangaba las mangas de la camisa que aún no me había quitado del uniforme.

--Hacen falta ingredientes, ve cocinando con lo que queda mientras yo vuelvo de comprar, ¿Sí? ¡Hazlo bien!-- Dijo y salió por la puerta de entrada casi corriendo hacia la tienda más cercana. Me acerqué a la cocina y comencé a hacer lo que me había pedido.

Mi padre trabajaba en otra empresa, la cual también se hallaba en Corea, y mi madre había decidido seguir con el restaurante de mi abuelo, el cual había decidido dejarlo por la vejez.

Las mesas estaban llenas, entraba y salía gente a cada rato, y cocinar comida japonesa era algo bastante nuevo para mí, pero mi madre me lo confiaba ya que sabía que yo era bastante buena en la cocina. Comencé a cortar el pulpo en pequeños trozos para posteriormente introducirlo luego de la masa y cocinarlo en la máquina, pasaron unos minutos hasta que sentí a mi madre volver a entrar a la cocina.

--Ya volví, ¿Cómo te fue, vino algún cliente?-- Preguntó un poco alterada, yo reí por lo bajo y negué con ánimos, colocándole salsa de soja y distintos condimentos a las bolitas de pulpo.-- ¡Señor Hwang!-- Exclamó mi madre de un momento a otro y mi cerebro se puso en alerta.

«Hwang...» Repetí internamente y me volteé al instante, un hombre de semblante serio pero simpático a la vez se acercaba al mostrador, llevaba traje de etiqueta y un maletín sostenido en su mano. Mi madre hizo una reverencia y le sonrió como a todos los clientes.

--Buenas tardes.-- Saludó el hombre con tono de voz grave y también sonrió.

--¿Qué se le ofrece...?-- Preguntó mi madre y la conversación entre ambos se aisló cada vez más de mis oídos, ya que los pensamientos volvieron a invadirme.

¿Acaso podría ser él el padre de Tiffany...? La verdad se parecían un poco... Y se veía igual de simpático que ella... sentí las mejillas arder de tan sólo imaginar que deseaba que en algún momento fuera mi suegro, ¿¡qué tipo de cosas piensas, TaeYeon!?

Estar ahí con ellos seguramente afectaría mi mente y sentimientos cada vez más así que decidí dejar la cocina con la excusa de ir al baño. Y me alejé, para no volver.

. . .

--¡Tae!-- Amber se abalanzó sobre mi apenas me vio entrar por la puerta, yo sonreí nerviosa y caminé hacia mi sitio con ella abrazándome.

桜~Sakura [Taeny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora