Era una madrugada, tan dispareja como tu alma.
Tan fría como nuestros sentimientos, tan maravillosa como imaginar un arcoíris en nuestra piel.
Era una madrugada,
En la que verte respirar era mi infinito de suspiros,
Mi fin de amores.
Era una madrugada,
Donde tú y yo eramos dueños de ella,
Pero no,
Era un alquiler profano,
Como el primer soñar.
Nuestra madrugada hubiera seguido con el sí,
Pero se detuvo con el no del amanecer,
Con el no del despertar.
Con el no de un sueño.
Nota:
Tu política era tan falsa como tu poesía.
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14 Noches De 21 Desvelos.
Roman d'amourMe transformaste en un espejo feminista de ti, procreado para tu mal. De mi vida a una ficción de estos versos; lo digo porque tus huellas están en mí y tú en mí.