2 días antes de la boda...
Helena despertó en una habitación de hospital. Mira a su alrededor. El sol entraba por una ventana, iluminando toda la estancia. Era por la mañana, y las paredes blancas brillaban, impolutas. Tenía varias vías en su brazo.
Un doctor entró por la habitación.
— Buenos días. Veo que ha despertado.
— ¿Qué ha pasado?
— Tuvo un accidente. La rescataron, y perdió mucha sangre, así que le hemos tenido que hacer una transfusión de sangre.
— Dante... ¿Dónde está Dante? ¿Sobrevivió?
— No... Lo siento. Mi más sincero pésame.
— No pasa nada.
— Bueno, la dejo sola. Mañana por la mañana le daré el alta.
El doctor salió de la habitación, dejando a Helena sola, pensando.
Quería ver a su novio por última vez. Necesitaba ir al tanatorio, aunque no podía.
Un pensamiento se le cruzó por la mente: por su culpa había muerto.
— Si no le hubiera dado ese beso, él no se había distraído, ni hubiera girado el volante, ni hubiéramos caído... — pensó.
De pronto, se sintió culpable. Comenzó a llorar desconsoladamente. No podía creerlo.
Empezó a respirar entrecortadamente: le estaba dando un ataque de ansiedad.
Una enfermera entró, asustada. Consiguió calmar a Helena, por un momento.
Pero a lo largo de la tarde le dieron varios ataques más; se sentía demasiado culpable.
No deberías sentirte así...
Se calló. Dejó de llorar. Esa voz era la de Dante, su novio, el amor de su vida.
Te quiero, y tú a mí, no debes sentirte así. Fue un accidente, y la acción que hiciste fue por amor.
>>Nunca te he culpado de nada, no lo hagas tú, mi amor.Esa noche durmió bien. No tuvo ninguna pesadilla, ya que Dante estaba con ella.
~XXIV~
La víspera de la boda...
— Aquí está el alta. Ya está mejor y puede irse a casa sin ningún tipo de problema — dijo el doctor, mientras entregaba una carpeta a Helena —. Le rogamos que salga de la habitación lo antes posible, para que podamos seguir atendiendo a gente.
Helena asintió.
— Gracias — le dijo al doctor.
El hombre de bata blanca salió por la puerta.
— Ya nos vamos, amor mío.
No obtuvo respuesta.
— ¿Dante? ¿Estás ahí?
El silencio se apoderó de la sala. La voz que escuchó anoche se la imaginó.
— Debo ir al entierro... — pensó.
Recogió sus cosas y salió de la habitación.
Fue a su casa. Estaba fría y sin vida. Y ahora tendría menos vida que hace unos días.
Se arregló un poco. Se puso un pantalón negro y una camisa negra. Unas gafas de sol tapaban sus ojos llorosos.
Salió de casa, camino al cementerio.
Por la calle, se encontró con los padres de Dante.
Los abrazó, e intercambiaron algunas palabras.
~XXIV~
El entierro fue muy emotivo. Hablaron todos: sus amigos más cercanos, familiares, sus padres...
Cuando le llegó el turno a ella, subió al estrado, colocándose a la derecha de su novio.
— Yo... n... no puedo hablar — dijo, llorando —. Lo siento.
Y salió corriendo. La presión le pudo, y no podía soportar esa situación.
Fue a su casa. Se encerró en su habitación, y se tiró a la cama, llorando y tapándose la cara con la almohada.
Y así se quedó dormida.
Estimados lectores:
Os está gustando la obra?? La verdad es que estoy poniéndole muchas ganas :)
Comentadme o algo, quiero saber vuestra opinión.
Un saludo a todos!!

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Beso astral
RomanceHelena y Dante van a casarse en dos meses. Tres días antes del enlace, la pareja sufre un accidente de tráfico, en el que Dante muere. Destrozada y decidida, Helena va al lugar donde iban a contraer matrimonio, el día de su boda. Lo que ella no espe...