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Segundo tras segundo pasaba y lo único dentro de la amplia habitación de baño se escuchaban los quejidos de SeokJin, Namjoon se encontraba sentado junto a él curando las heridas en sus piernas y parte de sus brazos.

Era muy poco decir que no estaba lastimado, Jin tenía su rostro hecho un desastre y lleno de algunas heridas provocadas por alguna navaja, uno que otro golpe y rasguños.

Sus piernas le ardían a causa del alcohol y la presión que le hacía Namjoon con tal de curarle.

D-Duele, no es necesario que presiones tanto...

—Es necesario desinfectarte, además, no hago tanto contacto.— Le susurró con sutileza, la tranquila voz del chico lo hizo relajarse completamente y no tuvo otra opción más que dejarse ayudar.

Le era raro tener a un chico desconocido dentro de su hogar sin siquiera saber que tipo de persona es, si tenía algún plan para joderlo o lastimarlo como los anteriores.

¿Y tus padres?— Preguntó Nam, rompiendo el silencio después de unos minutos, tenía cierta curiosidad. Jin no tenía ni la más mínima idea de como responderle.

No tengo.— Mintió.

Namjoon lo miró directamente a los ojos por unos momentos, la mirada de Jin estaba perdida en otra parte, no quería observar al chico ya que por alguna razón le causaba un nerviosismo inexplicable.

Cuando me hables debes mirarme, es una falta de respeto ¿Sabes?— Bromeó el de tez morena junto a una sonrisa, una sonrisa que para Jin era demasiado linda como para ser un chico. No todos eran dignos o tenían la oportunidad de tener una hermosa sonrisa.

Y-Ya lo sé.— Dijo rodando sus ojos, sabía perfectamente todo ese tipo de cosas sólo que precisamente no quería escucharlas.

Le recordaba a sus padres.

"¡Siéntate derecho!"

"Cuando estemos en la mesa ni se te ocurra sacar el celular"

"¡Jin, dañas nuestra reputación!"

"Vas a casarte quieras o no, hemos tomado la decisión."

"La chica nos conviene, hazlo por nosotros."

Ordenes y más ordenes era lo que sus padres le decían, según ellos, Jin era demasiado torpe e idiota por el simple hecho de tomar sus propias decisiones. Y como se había dicho antes...

"Solo querían lo mejor para él"

O mejor dicho, para ellos.

SeokJin había escapado de casa desde hace 6 meses y de principio no le iba tan bien que digamos. Con el paso del tiempo logró conseguir un lindo y cómodo hogar, claro, colgándose de deudas, el mayor tenía varias cosas que pagar y el poco dinero que ganaba no le ayudaba muy bien que digamos.

Los hombres que anteriormente lo estaban golpeando iban a ayudarle, pero bueno... Jin ya no sabía qué esperarse de la sociedad.

—Muy bien Jin, ahora tu rostro.— Le susurró Nam inclinándose al muchacho, pasaba el algodón húmedo con sumo cuidado y trataba de no hacer tanto contacto con la delicada piel.

Jin seguía quejándose por el insoportable ardor, ahora se encontraba limpiando una herida un tanto profunda que otras, sus ojos cerrados y la mano de Jin apretando la tela del pantalón del moreno lo hacían ver demasiado tierno.

Por otra parte, RapMon no apartaba su mirada del angelical rostro del mayor, se le hacía demasiado adorable, lindo e inocente. El muchacho tenía su atractivo.

El algodón lo pasaba tranquilamente por todas las heridas al igual que sus ojos analizaban cada facción de él, desde sus ojos hasta llegar a sus labios.

Sus pensamientos eran un desastre y el rubio había detenido sus movimientos en el rostro de SeokJin, estaba totalmente perdido y acataría su única petición

Probar esos labios, o eso deseaba él...

Nam ¿Qué pasa?— Preguntó Jin al verlo perdido, MonMon simplemente negó con su cabeza y susurró un "No es nada" para seguir con su trabajo.

Al terminar colocó uno que otro parche en algunas de sus profundas heridas, se levantó y Jin no tenía ni la más mínima idea de qué decirle.

—G-Gracias, pero no tenías que hacer nada.— Susurró después de unos minutos, Namjoon se limpiaba las manos y finalmente volteó a verlo.

Se rió.

Yo quería hacerlo, no tienes porqué agradecerme.

—Quisiera agradecerte de cualquier modo.

—¿Ah si? ¿Y como piensas hacerlo?— Bromeó Nam, ambos chicos salieron del baño y se encaminaron a la sala, Jin no sabía responderle y se había quedado pensando unos buenos minutos.

Quiero que te quedes conmigo.

Namjoon estaba a punto de salir e irse hasta que aquella petición lo había hecho frenar, no lo esperaba para nada y su mirada era de total confusión. ¿Enserio había dicho eso?

¿De verdad quieres que me quede?

—No, quiero que te mudes conmigo. — Corrigió Jin seguro de sí mismo, si el mayor no aceptaba al menos le pediría que sean amigos.

Le agradó estar un buen tiempo junto a él.

Namjoon estaba sorprendido, no tenía ni la más mínima idea de como reaccionar aunque por una parte se sentía jodidamente feliz, había conseguido a un amigo y sus dificultades probablemente vayan disminuyendo; comenzarían a trabajar juntos. Nam se acercó hasta el joven y lo tomó de sus muñecas acorralándolo en la pared, Jin tenía miedo ¿Lo golpearía? «¡Lo hará! Va golpearme...» Fue lo que pensó al cerrar sus ojos rápidamente y no sentir ningún movimiento por parte del menor.

Solamente sintió algo suave en sus mejillas, lo había besado.

Muchas gracias, Jinnie.— Dijo Namjoon con tranquilidad en su voz, se separó del muchacho al verlo tan asustado. —¿Me crees capaz de golpearte?

—N-No...

Fue lo último que dijo haciendo que se rieran fuertemente por unos minutos, el miedo de Jin rápidamente se había marchado, conversaron y al terminar ambos se pusieron en marcha, Nam fue a empacar sus cosas mientras que SeokJin limpiaba cada rincón de su hogar junto a su habitación donde RapMon dormiría con él.

Es lindo...— Dijo para sí mismo Jin aprovechando que su nuevo compañero de hogar no se encontraba dentro, sino en el hotel recogiendo cada una de sus cosas.

La confianza entre ellos dos había reinado sin arrepentimiento alguno.

Different ➳ Vkook [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora