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N/A: Bueno, bueno, qué decir. Este fic es más... con un motivo cariñoso. ¡Disfruten! 

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Esta podría haber sido una noche como cualquier otra dentro de la mansión de Dracule Mihawk, pero ese no era el caso. Lo que hacía diferente a esta noche de las demás era el hecho de que ella se había tenido que quedar en la mansión.

A sus veintitrés años de edad, Perona ejercía en la mansión como la secretaría personal del señor Dracule. Tenía un horario fijo y normalmente su turno acababa a las diez de la noche, y no, no tenía costumbre de quedarse en la casa de su jefe, cuando ya todos se habían ido, a pasar la noche. Pero aquella noche había tormenta, y para colmo, la persona que le había dicho que la iría a buscar, su ahora exnovio, la había dejado tirada y estaban a kilómetros de la ciudad.

Momentos anteriores, su jefe le había dicho que podía quedarse al contemplar la situación en la que se encontraba la joven, sin coche y sin nadie que la pudiera ir a buscar. Se había molestado además en indicarle qué habitación podía tomar y se había encerrado en la suya propia.

La cena, entre otras cosas, fueron temas que ella misma no prefirió tocar. De por sí ya era un milagro que aquel hombre la dejase pasar la noche en aquella estancia, por lo que se limitó a ir al cuarto que este le indicó. Ni si quiera tenía pijama. ''Ese hombre... qué poco atento es'' Refunfuñó para sí misma, al menos una camisa podría haberle dado, o eso pensaba. De un modo u otro tendría que acostumbrarse a dormir con una chaqueta si no quería acabar en interiores porque, ¿acaso alguien puede dormir con un vestido?

Pasaron las horas de manera tortuosa, eran las dos de la madrugada y ella no podía dormir.

Con cierta pereza y disimulo se levantó de la cama y se dirigió hasta el cuarto del pelinegro. Sabía perfectamente que no podía, o debía, entrar al cuarto de su jefe y mucho menos estando dormido, pero, como ya se dijo anteriormente, era una noche de tormenta y a ella le daban miedo los relámpagos.

Se escuchó el crujir de las puertas, al empujar de estas, como un eco en toda la habitación pero, para su suerte, nadie pareció inmutarse. Aún con dudas comenzó a acercarse poco a poco hasta la cama de Mihawk, aunque no logró llegar muy lejos ya que una voz repentina la interrumpió.

''¿Qué queréis?'' Sonaba seco como siempre, pero Perona llevaba demasiados años trabajando para él y sabía diferenciar cuando no le importaba algo, y cuando sí, y en este caso le importaba. ''Yo...''

''Marchaos'' Dijo antes de que pudiera decir nada.

''No puedo dormir'' Trató de insistir, ya estaba donde estaba y sabía que las cosas no podrían ir a peor, por lo que retirarse ahora mismo no era una de sus mejores opciones.

Se hizo el silencio en la habitación hasta que Perona decidió romper el silencio, nuevamente. ''Necesito hablar''

De un momento a otro ya tenía la atención del mayor. ''¿Qué os preocupa?'' Como siempre, tan distante con las personas por su manera de hablar, lo que no se llegaba a esperar era esa pregunta que, de un modo u otro le había hecho arrancar el motor que movían de nuevo esos pensamientos, aquellos que, hasta aquel momento, no había considerado contarle nada a nadie, eran recuerdos de su vida personal, pero conjunto crecían esos recuerdos y el eco de aquella pregunta inesperada, también crecía el dolor en su pecho y el sentimiento de ahogarse en el instante. Lo cierto era que la tormenta tampoco le ayudaba mucho y no tardó en soltar todo aquello que le pasaba por la cabeza, comenzando por lo más reciente.

''Estaba saliendo con un chico... hasta hace unas horas. Me dejó por una chica que conoció hace una semana en un bar... porque ella... '' Volvió a sentirse que se ahogaba, que no podía hablar más de lo que lo había hecho pero, siendo realistas, tampoco consideraba que a él esto le importase mucho, así que, ¿qué más le daba saberlo o no? No tenía nada que perder. ''Cuando vivía con mis padres, mi hermano abusaba de mí.'' Lo había dicho tan rápido como el suspiro que había tomado antes de soltar aquella confesión. Ahora bien, nadie sabía tanto como ella las ganas que tenía de confesar esto. ''Y, y yo no soy buena en las relaciones... todos...'' comenzó a correr un poco más con su voz ''¡todos acaban por irse! Y, y, y me siento sola porque ya no tengo diecisiete años, y veo que sigo sin amigos, que vivo sola, que mi ex es como todas las demás personas, se fue, me cambió... pasó de mi... porque no me considera normal...''

A medida que iba subiendo el ritmo sus ojos se habían empezado a empañar y de manera consecutiva alguna lágrima caía rodeando el borde de su mejilla suavemente.

''Mi-Mis profesores llegaron a suspenderme materias en la evaluación final si-sin motivo, ¡y a mis padres todo eso les daba igual! ¡No les importaba que me suspendieran i-igual que tampoco les importaba que mi hermano me insultara o me pegase o me tratase como a un obj—''

Su respiración se cortó en aquel instante, no la había dejado continuar.

Aquel hombre se había puesto de pie para acercarse a ella, había tomado su mentón húmedo por las lágrimas y de una manera suave, casi como si aquella piel fuera de porcelana y se fuera a romper por la presión, pero a su vez de un modo firme y seguro, le había depositado un beso en su frente.

''Entonces... ¿tenéis miedo a los relámpagos?''

''Sí...'' Dijo atónita.

A late night conversation [Mihawk x Perona]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora