Capítulo 1.

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Capítulo 1.

Mientras el empleado de mis padres me lleva a mi destino, yo observo como las gotas de agua caen sobre la ventana del vehículo y lentamente se deslizan hasta desaparecer de mi vista, hace mucho frío puesto que estamos en Noviembre. ¡Solo a mis padres se les ocurriría tal barbaridad de enviarme a un reformatorio cuando ya había empezado el curso!

Y aún peor.

Voy a un reformatorio solo por estar consentida.

Ridículo.

Patético.

Vergonzoso.

─  Ya hemos llegado, señorita─me informa el chófer.

─  Gracias─le respondo mientras abro la puerta y él me saca las maletas.

Paso debajo de unos enorme portones y observo el enorme – gigante – tridimensional reformatorio. Es muy moderno, me imaginaba cualquier mierda.

No me gusta usar la palabra: mierda.

Pero no hay otra palabra que describa mejor lo que me esperaba, de verdad.

─ ¡Eh, tú! Deja aquí tus armas─me ordena una mujer muy grande y ancha de hombros, que lleva el cabello recogido en una goma.

¿Armas? ¿Está bromeando, no?

No, no bromea. Aquí la gente no es como tú de sensible, es muy agresiva. Cacho idiota.

Agh, ya está el demonio de mi cabeza abriéndome los ojos.

Un muchacho deja sobre la caja una especie de navaja artesana, y acto seguido una chica deja  unas tijeras.

Oh mi Dios.

Vas a morir, cacho idiota.

Gracias por aclarármelo, no habría sido capaz de descubrirlo por mi propia cuenta.

─  ¿No me has oído?─insiste la mujer atravesándome con la mirada.

─ Es que yo no tengo ninguna arma.

─  Nombre─exige.

─  Bianca Mixxel.

─Ah, eres tú─busca algo en una hoja.─Acompáñeme, usted estará en la primera planta, allí se encuentran las personas menos peligrosas como ladrones y estafadores, por lo que más quiera no suba nunca a la segunda planta, está totalmente prohibido, la gente que está ahí es por el simple hecho de que son más que peligrosos─dijo la señora con un tono firme y serio.

¿Simple hecho?

¿Te has vuelto sorda o algo,  cacho idiota?

---Hay cámaras de seguridad en todas partes excepto en las habitaciones, así que la recomiendo que no intente escapar, esta es su habitación, la compartirá con Sofía, es totalmente inofensiva, lo único que hizo fue robar, así que no se preocupe, bueno sí, solo de que no te mangue nada─prosiguió mientras señalaba la puerta nº 358.

─  Vale, muchas gracias.

─  Adiós─gruñe mientras rueda los ojos para después darse la vuelta.

Entro en la habitación sin llamar y rápidamente se me acerca una muchacha de ojos del color de la miel y una melena que le llega hasta casi la cintura de color castaño.

─ ¡Aaaaaaaaah! Tú debes de ser Bianca, ¿no? Tenía unas ganas inmensas de que llegases, me aburría mucho aquí sola─parecía realmente emocionada. Me recordaba a mis anteriores amigas.

─  Sí, soy Bianca Mixxel, ¿y tú eres Sofía?─pregunto aunque sabía a la perfección la respuesta.

─  Así es,  ahora me tengo que ir. Voy a visitar a mi novio─dice para luego y corriendo a la puerta y pararse allí. ─¿Te vienes?

─  Emm…no sé.

─ Que sí tía, ven

Asiento con la cabeza y la sigo hasta que veo que se dirige a las escaleras que llevan a al segunda planta.

─  ¡Espera! No podemos subir allí, ¿y si nos pillan? ─la susurro.

─  No lo harán, lo he hecho muchas veces─me explica mientras agarra mi mano y tira de mí.

Paramos delante de un puerta, llama y en cuanto ésta se abre Sofía se lanza a los brazos de un chico y se besan.

No sé qué pinto yo allí.

─  ¿Quién eres?─me pregunta el rubio, que será el novio de mi compañera de cuarto.

─  Bianca.

─  Mi compañera de cuarto, es nueva─aclara Sofía.

─  Yo soy Ricky, ven pasa─me dice mientras hace un gesto con la cabeza hacia dentro. Yo dudo pero al final decido hacerlo.

Su habitación está totalmente desordenada, pero lo que me llama más la atención es un chico con una camiseta negra que marca sus músculos, unos pantalones rasgados de cintura caída, unos ojos verdes de infarto y un cabello negro como el azabache.

Él se da cuenta de que le estoy observando y me mira de arriba abajo, luego me mira a los ojos y me sonríe pícaramente.

Creo que me voy a desmayar.

─  Ricky, voy a por…─iba a continuar pero observa a Sofía y a mí y se lo calla.─ Ya sabes a por quién, luego nos vemos.

Ricky asiente.─ ¿No te vas a presentar?─le pregunta.

─  ¿Para qué? Si más tarde nos vamos a conocer mucho mejor, ¿verdad?─sonríe maliciosamente.

─  ¿Eh?

─  Aaaaah─responde mientras sale y pega un portazo a la puerta.

LucasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora