Capítulo 2.
El resto de la mañana la pasé hablando con Sofía, era muy agradable, pero también variaba mucho de emociones. A veces me resultaba muy difícil entenderla, sobre todo cuando estuvo a punto de explicarme cómo fue su primera vez, no que quedó más remedio que interrumpirla para comentarle el nombre de una nueva tienda que habían abierto hace poco en la ciudad y que así cambiase de tema.
También me habló sobre las reglas del reformatorio, los horarios y quién mandaba entre los integrantes.
Como en todas partes siempre hay un gallo, el rey digamos, y ese era Lucas, después de él se encontraba Ricky, evidentemente el mejor amigo del ''rey'', y de las chicas mandaba Luce, que según Sofía se abría más de piernas que una persona que práctica gimnasia rítmica, y Teli, que ésta sería algo así como el perrito faldero de la otra.
— ¡Madre mía, qué ganas tenía de tener una compañera de cuarto! Además eres majísima—sonrió ampliamente.
— Gracias, tú también eres muy maja.
De repente, me miró entrecerrando los ojos y me preguntó.— Y bueno, ¿qué has hecho para venir aquí?
Oh, ahora viene la parte ridícula.
— Emm...estar consentida—solté en un susurro bajo, lo que dije hizo que Sofía soltase una gran carcajada.
— ¿En serio? Jopé, qué estrictos tus padres ¿no?
— Ya ves—respondí mientras asentía con la cabeza.
— Pues intenta que no se entere nadie, sobre todo Luce y Teli. Te arruinarían la vida, créeme—me miró con cara de pena. Esto me asustó un poco.—Haz como Lucas, no digas por qué entraste.
— ¿Lucas no lo ha dicho?—pregunté extrañada mientras ella negaba con la cabeza.— Pero, tú o tu novio lo sabéis, ¿no?—volvió a negar.
— No, nunca habla de ello. Está avergonzado.
— Entonces, si nadie sabe lo que ha hecho, ¿por qué le tienen miedo?
— Hay gente que dice que es un asesino, pero yo no me lo creo—Sofía esperó a ver mi reacción.
— ¿Un asesino?—creo que el estómago me había dado un vuelco.
— Ajá—asentía constantemente con la cabeza.— Eso dicen, pero en serio, no me lo creo.—miró el reloj y volvió su vista hacia mí.— Ven, vamos a dar una vuelta.
Vacilé un poco pero acabé siguiéndola para no quedarme sola en la habitación. Caminamos por los estrechos pasillos y Sofía fue señalando con la cabeza a algunas personas a la vez que en el oído me explicaba un poco cómo eran y si debía o no acercarme a ellos. Subimos a la planta n° 2 por segunda vez en el día. Yo no quería pero tampoco me apetecía llevar la contraria a Sofía, no tenía mi ganas, ni fuerza, ni ánimo de tener una mini discusión con ella, en el poco tiempo que he estado conociéndola he descubierto que es una persona muy divertida y agradable, pero también que no me gustaría verla enfadada.
Ya en la planta de arriba, varias personas se nos quedaron mirando, especialmente a mí por eso de ser nueva, supongo. En una esquina, una chica rubia de ojos grisáceos junto a otra de cabello castaño y ojos marrones nos fulminaban con la mirada. Sofía, al darse cuenta de que yo tampoco las quitaba ojo, se inclinó y me susurró.
— La rubia es Luce, y la morena Teli.
— Ah vale, ¿por qué nos miran tanto?—le dije en su oído.
— No nos miran, te miran. Probablemente estén intentando descubrir según tu cara el motivo por el cual estás aquí—explicó con total naturalidad.
— ¿Según mi cara?—pregunté extrañada.
— Sí, según tu cara—afirmó mientras su mirada se perdía en otra esquina y sacaba una enorme sonrisa.
Miré hacia el mismo lugar y me encontré los ojos de Ricky clavados en Sofía, y a su lado estaba Lucas hablado con otro muchacho. No tengo ni idea de lo que le dijo éste pero hizo que Lucas girara la cabeza en nuestra dirección y que sus ojos verdes me analizaran de la misma forma como cuando lo hizo esta mañana en su habitación. Intenté retarle con la mirada cuando nuestros ojos de encontraron pero no pude, me senti pequeña. Algo que jamás me había pasado, ahora mismo me sentía estúpida. Una completa estúpida.
Miré hacia donde unos pocos minutos antes estaban Luce y Teli, y seguían allí, pero su mirada ya no estaba clavada en mí, sino en algo o alguien que se encontraba detrás de mí.
— Hola, no nos presentamos antes—me giré y vi a Lucas, sonreí levemente y asentí con la cabeza.
— Ya, soy Bianca.
— Yo soy Lucas—sacó media sonrisa arrogantemente, como si ser él fuese un boom. Vale, lo es. Pero tampoco hay que demostrarlo tanto, podría hacerse un poco el tonto como si no lo supiese.
El silencio que hubo de repente y los ojos de Lucas que no se apartaban de mí me estaba incomodando demasiado, miré a mi izquierda y no encontré a Sofía, seguramente se habría ido con Ricky ya que él también había desaparecido.
— ¿Por qué estás aquí? Tienes pinta de ser inofensiva—ese último comentario me sacó de mis casillas.
— Pues que sepas que no soy una debilucha, estoy aquí por algo serio—le dije furiosa para segundos después arrepentirme. ¿Algo serio?
— Y, ¿estás orgullosa?—preguntó alzando una ceja.
— ¡Por supuesto que no!—respondí un poco más alto de lo normal.— ¿Y tú por qué estás aquí?
— Por algo serio—se burló.
— Ah—dije haciendo como si no hubiese escuchado nada. Le miré de reojo y vi como sus ojos se fijaron en mi escote, mis mejillas comenzaron a arder y las ganas de pegarle un bofetón aumentaron.— ¡Eres un guarro!—grité mientras me subía el escote.
Me di la vuelta para irme de allí pero su mano me lo impidió.— ¿Quieres saber lo que pienso yo de ti?
— No puedes pensar nada de mí porque no me conoces—intenté soltarme de su agarre, pero no pude.
— Bueno, tú has opinado de mí sin conocerme. Ahora es mi turno—sonrió diabólicamente.
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¡Hola chicas! Siento muchísimo haber tardado, pero como ya sabéis, ahora subo los Domingos, asi que esta historia se actualizará cada semana. Ahora diréis, hoy no es Domingo. Lo sé, pero por haber tardado tanto he pensado en compensaros esta semana publicando dos días.
Agradezco mucho los votos y comentarios <3
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¡Hasta el domingo, chicas!
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Lucas
Teen FictionBianca Mixxel entra en un reformatorio sólo por estar consentida. Si la pobre muchacha se pensaba que eso era lo peor, era porque no sabía lo que vendría después. Por el buen comportamiento de los integrantes, la directora decide mandarlos a una fer...