Los rayos del sol entrando por la ventana le parecían molestos, no recordaba haber corrido las cortinas el día anterior, se obligó a abrir un ojo todavía luchando contra el sueño, sin lograr ver nada con claridad, hasta que el sueño parecía haber abandonado por completo su cuerpo y con la molesta luz entrando por la ventana abrió los ojos, mirando las paredes blancas muy diferentes a las beige de su apartamento, además de que la habitación era mucho más grande, sus ojos pasaron con rapidez por el lugar sin moverse todavía, sin poder recordar cómo había terminado en ese lugar. Prestó más atención a su alrededor y así mismo, sintiendo ese peso adicional a su lado, con una mano pasando sobre su cintura, que quería hacer que se girara de inmediato para ver a la persona a su lado y más cuando se notó su desnudez.
¿En qué momento me acerqué a alguna chica? Si sucedió lo que creo, espero haber usado protección.
El cuerpo detrás suyo se movió más cerca de él, sintiendo como era más corpulento que lo que podía imaginar para la mujer que su cerebro había comenzado a crear en su imaginación, y mucho más cuando ésta persona pasó una pierna sobre él abrazándolo como si fuera una almohada, sus ojos se ampliaron cuando sintió algo que definitivamente no le pertenecía a una mujer rozarse en su espalda baja. Contuvo un jadeo y con temor movió la cabeza, sólo pudiendo ver cabellos obscuros pero no el rostro de la persona, con gran lentitud se giró en medio de ese abrazo que parecía ser muy difícil de quitar de sí, su respiración se comenzaba a volver irregular cuando al girarse pudo ver un pecho totalmente plano y brazos con suficiente músculo dejándole claro que no se había equivocado, que no era una chica, confirmándolo por completo cuando pudo ver el rostro de la persona que seguía aferrándose a él.
¡Demonios, no!
Intentó retroceder y separarse de aquellos brazos pero midió mal el espacio que ahora estaba detrás de sí, sintiéndose al borde a punto de caer y de la desesperación por no hacerlo se sujetó fuerte del brazo del chico que todavía dormía, despertándolo, era lo que menos hubiera querido hacer, pidiendo internamente que se volviera a dormir cuando los gestos de molestia se presentaron en su rostro, pero no tenía tanta suerte, no en ese día porque los ojos del chico se abrieron, enfocándolo a él, frunciendo su ceño de inmediato, de la misma forma sus ojos recorrieron el lugar para de nuevo posarse en él.
—¿Quién eres y qué haces aquí? —inquirió con voz profunda producto de la mañana y de todo el alcohol ingerido la noche anterior.
Retrocedió lo suficiente para alejarse de él y sus dedos que se habían mantenido sujetos a su brazo, pero no lo dejó alejarse demasiado cuando sintió que su cuerpo iba a quedar descubierto por completo, halando la sábana que estaba enredada entre los dos cuerpos, sin permitirles que se alejen demasiado como los dos hubieran preferido.
¿Qué quién soy yo? ¿Qué hago aquí? Sé quién soy, sé lo que pasó aquí si no has reparado en nuestra situación, pero, ¿quién eres tú? ¿cómo terminamos así?
Separó los labios para hablar o intentó ya que los volvió a cerrar, ¿era correcto decirle quién era? Es decir, independientemente de lo que pasó entre ellos, continuaban siendo dos desconocidos. El chico frente a él suspiró y se levantó recién notando su desnudez, lo miró con los ojos ampliados como preguntándole la razón de encontrarse de aquella manera.
—Tampoco lo sé, no sé cómo terminamos así, estaba ebrio —habló antes de que la pregunta sea formulada hacia él, ni siquiera recordaba cómo llegaron a esa situación, todo lo que podía recordar era el día anterior haber estado junto a sus amigos en una discoteca y ahora había amanecido junto a un desconocido, completamente desnudos en lo que podía ser el apartamento de aquella persona.
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Un error no siempre será un error.
FanficEl alcohol no puede ser la mejor ayuda para la diversión después de todo, y mucho menos cuando éste trae consigo consecuencias que no las puedes cubrir con un dedo. Él hubiera preferido no regresar a aquel apartamento en el que despertó una ma...