Capítulo II

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Marilyn dejó el celular en la mesa y fue a la cocina para prepararse algunos aperitivos para picar antes de la comida, mientras veían algún dibujo animado.

Agarró de la alacena algunas frituras que habían sobrado de la fiesta del de cumpleaños de su madre el día anterior. En el cual solo estuvo diez minutos, hasta que el maldito hombre de traje se la llevó otra vez.
Por lo menos gracias a eso ahora tenía más para ella. Algo bueno había después de todo.
Puso un plato de esos que están hundidos en el centro y allí empezó a hundir todo.
De pronto, de la mismísima nada un estruendo muy fuerte la hizo sobresaltarse y provocando que varias frituras cayeran alrededor del plato y otras al suelo.

-Malditos truenos.- Se desquitó la chica.

Al mirar se dio cuenta que no era mucho lo que se había caído al suelo, recogió los que estaban alrededor del plato y los puso dentro.

-Más tarde los barro.

Con su picada ya hecha, se dispuso a ir hacia el living nuevamente. Parecía ser que en la tele estaban a punto de pasar una de esas películas de acción para la gente que no puede salir de sus casas un viernes por la noche.
Igual aunque ella quisiese, no podría salir de aquella casa. Su hermano quedaría desprotegido. Además, no había ningún buen lugar a donde ir ya.

La lluvia comenzó a caer más fuertemente, y esto pareció gustarle aún más a Marilyn.

-Espero que te resfríes.- Espetó pensando en su madre.

Mientras la lluvia empezaba a hacer un ruido mucho más seguido sobre las ventanas, se escuchó repentinamente el sonido de una puerta. De la puerta principal, para ser exacto.
Marilyn pensó que se podía tratar de su madre, que volvía para buscar algo olvidado, o podía ser su vecino Chandler. Hacía ya varios meses que venía tras de ella, pero Marilyn no le interesaba.
Era lindo y todo, pero ella prefería a alguien más fuerte en personalidad que en físico. Y si podía ser un tanto más inteligente, mejor.
Buscó por la mirilla de quien se podía tratar, pero no vio a nadie. Así que abrió la puerta para asegurarse.
Definitivamente solo eran ella y la lluvia cayendo sobre el mini techo de madera que cubría la entrada, hecho a mano por su padre.
Cerró la puerta rápidamente para que no le entrara más frío. Solo estaba vestida con su pijama conformado por un short y una remera de mangas cortas. No tenía ganas de agarrarse un resfriado.
Cuando Marilyn había dado los tres primeros pasos de vuelta hacia su reconfortante sillón, golpearon otra vez la puerta.
Ella comenzaba a enojarse. Si se trataba de una broma, el idiota que la estuviera haciendo se las tendría que ver con ella, fuese quien fuese.
Observó por la mirilla nuevamente y nada. Abrió la puerta. También nada.
Antes que pudiera cerrar un trueno sonó, provocando que se sobresaltara y esta vez, sintió que casi se moría del susto.
Cerró la puerta maldiciendo y gritando lo mismo una y otra vez todo el camino hasta el sillón.
Maldita tormenta de...

Justo en el momento en el que ella estaba mirando hacia la ventana dispuesta a su izquierda desde donde estaba sentada, pudo ver como un rayo se formaba y junto con el otro trueno.
Pero no fue eso lo que la asustó esta vez, sino que, cuando dicho rayo cayó, pudo ver cómo se formaba una especie de silueta humanoide sobre la ventana.
Se quedó petrificada en el momento. Su cuerpo no le respondió durante unos diez largos e interminables segundos.
Cuando por fin pudo moverse, corrió a encender la luz. Pero al moverlo de arriba abajo, no pasó nada. La oscuridad siguió ahí.
Hizo lo mismo unas diez veces, pero el resultado fue el mismo.

-¡Maldito interruptor!

Después de unos minutos comenzó a calmarse. Y comenzó a pensar en lo estúpida que era al asustarse por una simple lluvia. Aquello que pasó fue solo una ilusión óptica o debió de ser la sombra de algún árbol o planta.
Cuando finalmente logró auto convencerse, fue hacia el baño para poder lavarse la cara y calmarse un poco.
La televisión seguía encendida, al igual que funcionaba la luz del baño, así que la electricidad no se había cortado. Debía de ser un problema de ese interruptor. La casa era algo vieja y todavía, después de seis años allí, había que hacer algunas reparaciones.
Su padre era el que se encargaba de eso. Él era una persona fuerte que, a pesar de las dificultades, siempre sonreía.
Algunas lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Marilyn al rememorar los recuerdos de su padre. Pero eso no pudo durar mucho.
Su tiempo de melancolía fue roto al escuchar el sonido una canilla siendo abierta el en piso de arriba. Aunque bien podía tratarse simplemente de otro delas tantas cosas que se tenían que arreglar en esa casa.
Subió rápidamente por las escaleras, antes de que el sonido del agua fluyendo despertara a su hermano. Aunque ya era raro que no se hubiera despertado con todos los anteriores sonidos, como los truenos y la lluvia cayendo fuertemente.
Camino por el pasillo y vio como la puerta del baño se encontraba entreabierta.
Esto la asustó un poco, y se fue acercando lentamente hacia la puerta.
Marilyn tenía la sagrada esperanza de que se tratara de uno de esos molestos gatos que, de vez en cuando, solían meterse por las ventanas. Aunque no recordaba haber dejado ninguna abierta.    

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