Capítulo 1

144 4 1
                                    

La gente más importante para ti, debe ser la que te quiere hasta cuando ni tu mismo te soportas.

Hoy nos dejaron salir temprano de la universidad, porque según dicen, se viene un mal temporal, cosa que no dudo con este calor seguramente la tormenta más fuerte de la historia se aproxime... Si, exagere.

Perdida en mis pensamientos me doy cuenta que el autobús que debo tomarme frenó en la esquina de la calle por la que vengó, comienzo a correr esquivando la gente que se cruza en mi camino, mi cabello castaño se mueve de un lado al otro acorde a mis pasos y logro alcanzar el autobús.

El vehículo viene lleno, por lo que debo ir parada pero el tiempo pasa volando cuando el chofer anuncia que llegamos a Simi Valley, mi parada.

Llego a mi departamento en donde mis padres me esperan. El portero al verme me saluda amable y le devuelvo el buen gesto.
-Señorita, tenga cuidado y no salga de su casa -me advierte, yo lo miro extrañada y se da cuenta de mi expresión.-El tsunami.
-¿Que tsunami? -pregunto alarmada y a la vez confundida.
-Hubo un terremoto en Oregon que según las noticias movió las placas tectónicas del mar y hay alerta para nuestra localidad -toma un respiro y continúa -Vendrán rescatistas a evacuar-nos, cuando no lo se, pero vendrán.
Asiento preocupada y sigo mi camino hasta mi piso, el número cuatro. Entro y mis padres se están abrazando y veo caer una lágrima de el rostro de mi madre.
-Hey, que ocurre? -pregunto apoyando mi mano en el hombro de ella.
-Mira -señala el televisor y veo lo que advirtió el portero anteriormente: el tsunami.
-Shailene, recoge lo más importante, nos vamos -dice la voz dura de mi padre, el siempre se porta con tranquilidad ante las dificultades, al igual que yo.
-No papá, hay que quedarnos a esperar a los rescatistas, es peligroso salir. -seguido a mi reproche camino hacia la ventana y confirmo que a diferencia de hace media hora atrás, no hay ni un alma en la calle.
-Aquí se hace lo que digo yo! - mi padre alzo la voz mas de lo que debería, lo que me enfureció, odio que me griten.
-¿Quien te mando a irte de casa y obligarnos a nosotras a seguirte? -trato de mantenerme al margen y no gritar puesto que es mi papá.
-Eres grande, tú y nadie más que tú decide si quedarse o no, pero no quiero dejarte - se puso mas blando cuando lo dijo y luego me abrazó. Mi madre presenciando todo acotó:
-Shai, mi vida, queremos protegerte -dicho esto me abrazó al igual que mi padre, pero yo me aparto bruscamente al sentir como todas las cosas empezaron a temblar.
Los muebles, las lámparas, todo comenzó a temblar cada vez más potente y esto me estaba asustando.
Mi padre abrió la puerta y bajo a trompicones las escaleras.
-Papá! ¿A donde vas? -grito agarrándome de la mesa para no perder él equilibrio.
-Voy por la señora Meller! -dicho esto desaparece.
Intento seguirlo pero los brazos firmes de mi madre me agarran impidiendo hacerlo.
-Yo iré, tú quedate, te amo -me abraza y me da un tierno pero rápido beso en la frente. Yo niego con la cabeza pero es tarde, ya se ha ido.
Los escombros que comienzan a caer del techo provocan que tosa y me ahogue debido al polvo.
Pero el hecho de que este por morir aplastada por una pared no me asusta. Me asusta el hecho de que vaya a morir ahogada y golpeada por el agua que comienzo a escuchar rompiendo los cristales de las ventanas del piso de abajo.

La ola ||SHEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora