Prologo

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POV CAMILA

Hoy es el primer día de mi muerte. Después de una larga agonía y angustiosa espera, el juzgado penal dictó su sentencia hace tan sólo unas horas. Dos hombres uniformados, y armados, me llevan hacía un furgón mientras noto cómo los flashes de los fotógrafos, y unas incesantes preguntas de los periodistas, se agolpan sobre mí. Entre empujones y tirones, los dos policías me empujan hacia el interior del furgón negro que se encontraba situado frente a los juzgados.

- "Podrías tener un poco más de cuidado; voy esposada" - intento levantarme apoyando mi cuerpo contra las paredes del coche.

Y como ya suponía, los hombres no contestaron ante mis quejas; cerraron de golpe las puertas, dejándome en completa oscuridad. Como pude, fui tanteando el lugar hasta que choqué con lo que parecía una banqueta para sentarse; miré el único punto de luz, que me proporcionaba una rejilla, situada en la parte superior delantera del vehículo.

El día estaba nublado y apenas pude apreciar la claridad. Era curioso pero, ahora que estaba encerrada en una furgoneta, lo que más me apetecía ver era el sol. Era extraño, pues antes lo primero que hacía era cerrar las persianas para que no entrase la luz en mi habitación.

Al apoyarme en la pared, pude notar el bullicio que había causado mi caso. Empecé mi carrera con los flashes y cámaras y se termina mi sueño de la misma manera... Un tanto irónico.

-"Esto es el fin"- dije para mí misma a la vez que notaba cómo el furgón arrancaba y se movía hacía lo que iba a ser mi nuevo hogar.

A pesar de las miles de cosas que tenía en la cabeza hacía tan sólo unas horas, ahora mi mente estaba en blanco; no podía pensar. ¿Cómo debes de actuar cuando todos tus sueños y tu vida se van de un plumazo? Me quedé mirando un punto fijo del suelo, sin darme cuenta de que el vehículo había parado su marcha.

-"Señorita, ya hemos llegado"- Me dijo mientras subía al furgón para volver a agarrarme del brazo.

-"¿Dónde estamos?" - Pregunte nada más bajar del coche.

-"Bedford Hills"- Contesto el otro guardia.

Con los ojos abiertos como platos, fui caminado poco a poco hacía los muros que iban a privarme de mi libertad durante bastante tiempo. Los guardias, con poca amabilidad, me llevaron hasta la puerta de seguridad dónde otro guardia, uniformado de distinta manera y con un arma colgada a sus hombros, daba una señal para que se abrieran las puertas de seguridad.

-"Ya nos ocupamos nosotros, gracias"- espetó a la vez que me agarraban de nuevo.

Me quedé inmóvil viendo cómo las puertas se cerraron a mi paso y cómo los guardias, que me acompañaron por el camino, volvían a su furgón negro.

-"¿A dónde me llevan?"- pregunté asustada.

-"A recepción, a que te tomen los datos"- dijo con una sonrisa. –"Hoy es martes de presa"-.

-"¿Qué significa eso?"- pregunté horrorizada.

-"Ya te enterarás"- respondió con prepotencia.

El camino hasta la recepción me parecía eterno; aquellos pasillos estaban oscuros y en silencio, algo que lo hacía más aterrador, sin duda. Noté cómo un sudor frío corría por mi frente y en mis manos, mi respiración comenzaba a acelerarse. Comencé a sentir un hormigueo en las manos, pues los grilletes me apretaban demasiado e incluso notaba cómo se estaba formando una herida, debido al sudor y a la fricción del metal en mis muñecas.

El guardia se paró en una puerta grande donde se podía leer un cartel que ponía "recepción". Al abrirla, noté cómo las luces de los fluorescentes de la oficina me cegaban y cómo mis oídos empezaban a escuchar el alboroto que tenían allí dentro.

Love Behind Bars » Camren (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora