Aullido famélico.

58 3 0
                                    

A veces la nada me atrapa por la espalda,
a tientas,
a ciegas,
y con atino certero.

Rasgo mi propia piel para escapar de ella,
me tiro del pelo,
me lanzo al barro
y busco alguna boca que coma de mi entrepierna mientras se reactiva en mí eso que llaman vida.

Porque la sucia manada apaga mi llama,
la moja,
la ahoga,
haciendo de mí otra estúpida sombra sin camino seguro.

La muerte por etapas de alguien que más que alguien es algo,
de una loba viviendo entre ovejas,
de un huracán sin aire,
de yo sin mí.

Micro convulsiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora