Un amigo del LSD

84 6 0
                                    

Después de despedirme de Amy entro al hospital y hay una sala de estar donde hay algunos televisores, y algunos chicos en círculo sentados en el suelo hablando y riendo que juegan algún tipo de juego para conocerse.

Al pasar cerca de ellos uno comienza a gritar:

-¡Hey, hey fortachón! Ven, acércate a nosotros. Eres bienvenido. Al darme cuenta que se dirigía a mí inmediatamente me acerco un poco nervioso ya que no suelo socializar con muchas personas y nadie me llama para conocerme.

-¡¿Qué hay?! Digo un poco nervioso y decepcionado por haber dicho semejante estupidez. Solo quería parecerles guay pero bué.

-Siéntate a mi lado, no quiero que uno de estos ridículos te lleguen con una de sus bromas pesadas, soy Eduardo pero mis amigos me dicen Ed. Así que con gusto dejo que me digas Ed.

Pensé: ¡Vaya, un chico guay dijo que soy su amigo!
-Todos levantemos nuestras copas y demos la bienvenida a... y voltea su mirada hacia mí.

-William pero mis amigos me dicen Will. Así que con gusto dejo que me digan Will.

-Levantemos la copa por nuestro nuevo buen amigazo, Will el fortachón.

-''Por Will'' repitieron todos levantando sus vasos de refresco.

-Bueno fortachón. Dentro de dos horas nos reuniremos de nuevo en el parque, tendrás que hacer este silbido para que podamos identificarte y llevarte hasta nuestro lugar de reunión. Explicó lo que debía hacer antes de salir al parque respecto a los doctores y enfermeras. Soltó un raro silbido y fácil de hacer, nos despedimos y todos nos dispersamos para nuestras habitaciones. No puedo creer que todos ellos anden en el hospital, ¿qué habrá pasado con cada uno?

Me dirijo a mi habitación y recibo una llamada de mi mamá, inmediatamente le contesto.

-Hijo, ¿cómo estás? Ya me tenías preocupada mira la hora que es y no me volviste a enviar. Dice mamá con un tono de preocupación.

-Lo siento mamá es que vino Amy a verme y después de ello conocí a un grupo de chicos que me invitaron a sentarme con ellos y me fue genial. Solté una leve sonrisa pensando en lo genial que sería al llegar a ese lugar de reunión en el parque.

-Bueno, ya hablé contigo y dejaré que descanses, hijo. Ten buenas noches, te amo. Le daré el celular a Witney que quiere hablarte.

-¡Hola, Will! Te extraño, ¿cuándo volverás? Quiero ir contigo al parque a tomar fotografías y a hacer ejercicio contigo, espero que te cures pronto.

-Hola, Witney. Comencé a llorar y a la vez reaccioné que en verdad mi familia sí me quiere, que sí les importo y que solo debería tratar de estar con ellos y no ignorarlos. Dejar mi mal carácter, quizás ello les afecte. Respiré profundamente varias veces para que mi pequeña hermana no supiera que lloraba y le respondí: 

-Tranquila, princesa. Volveré en unas semanas cuando me recupere, pero no te preocupes por mí... tengo nuevos amigos y me he divertido mucho, estoy perfectamente bien. ¿Vale? 

-Vale. Te quiero demasiado Will, espero que vuelvas pronto. La princesa y su castillo necesitan a su leal caballero. Justo al decirme esto, tuve que contener las ganas de llorar y me despedí diciéndole que la quería demasiado y que no se preocupara, que desde aquí yo la protegería de los monstruos malévolos que quieren obtener el castillo.

Ya al trancar el celular comienzo a llorar desconsoladamente, no entiendo por qué hice eso, nunca me di cuenta que ellos sí me aman y que sí me extrañan. Pero no quiero que mis ánimos bajen en este momento, me han invitado al parque y solo quiero divertirme.

Me acosté un rato a que pasara el tiempo suficiente para poder ir al parque, el tiempo necesario para que las enfermeras vayan a ver su novela y los doctores a leer sus libros de medicina. 

-Hola, jovencito. Vaya, al parecer te quedaste dormido, acá te he traído tu medicamento y agua para el resto de la noche junto a tu cena; panquecas. Especialmente para ti. Dice la enfermera mientras despierto de mi pequeña siesta.

-Le agradezco demasiado lo que hace por mí enfermera, que tenga una bonita noche. Eso fue lo que siempre me gustó de mis padres que me enseñaron a ser muy educado.

La enfermera muestra una leve sonrisa y se aleja.



Viajando solo. (Escribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora