Un amor lleno de engaños.

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             Hace mucho tiempo en el país de Narnia había una diosa del amor llamada Jahizett, quien tomó posesión del cuerpo de una simple humana para enamorar a un semidiós hijo de Poseidón, llamado Perseus. Para Jahizett era difícil ignorar lo que sentía, pues siendo la diosa del amor todos sus sentimientos eran más fuertes. Así fue como Jahizett no pudo distinguir entre el amor y la obsesión hacia su Percy.

       Por otra parte, Percy no sabía las intenciones de la hermosa diosa y decidió no prestar atención a los encantos de ella, por miedo a quedar hipnotizado. Él había notado todos los encantos de ella: hermoso cabello negro con unas ondulaciones digna de una diosa, ojos almendrados de un digno color azul, una hermosa piel morena besada por el astro rey y no se puede olvidar de su arma letal... sus adictivas y exageradas curvas.

      Jahizett siempre estaba acompañada de sus dos fieles amigas, que también eran sus primas, Armeilys y Shermay. Ellas dos sentían un gran aprecio hacia Jahizett, porque aunque era hija de Zeus defendió la reputación de Shermay, quien era juzgada por ser hija de Hades, y la de Armeilys cuando era rechazada por ser hija de Poseidón. Las tres eran distintas, pero lograron completarse a la perfección y por esa razón decidieron que las tres se transformarían en simples humanas.

      Los sentimientos de Jahizett no la dejaban razonar en el problema que se estaban metiendo ella y sus amigas. Armeilys le recordaba el peligro a Shermay para intentar que ella convenciera a Jahizett, pero ambas preferían vivir una aventura y más si así retaban a los dioses.

      Un día las tres diosas se repartieron el trabajo que tendrían para su misión. Jahizett se encargaría de informar a Aslan de que las tres se tomarían unas vacaciones para no levantar sospechas, Shermay utilizaría su poder sobre los muertos para condenar injustamente a las almas de las humanas para así tomar posesión de sus cuerpos y, por último, Armeilys se encargaría de engañar a todo el todo el campamento mestizo para que dejaran entrar a las mortales. Las tres magníficas diosas llevaron el plan rigurosamente y sin cometer ningún error.

       Al otro día, Shermay utilizó el viaje de sombra para llevar a las otras dos al claro bosque donde tomarían los cuerpos humanos. Cuando las tres llegaron, el cansancio las gobernaban, pero fue olvidado cuando vieron las facciones comunes de los cuerpos de las chicas. Jahizett decidió utilizar uno de sus poderes, para hacer que los cuerpos de las chicas fueran como parecidos a los de ellas mismas. Después de esos pequeños contratiempos, las tres tomaron total posesión de los cuerpos, ahora dotados de belleza. Entre las tres se bendijeron en nombre de sus padres y se encaminaron al campamento mestizo.

       Las tres se sorprendieron al notar que en la entrada del campamento las esperaban tres hermosos semidioses, uno de ellos Perseus. Y la primera en actuar fue Shermay, quien observó a uno de los chicos con interés y luego se hizo la víctima. Las tres se acercaron a los chicos con fingida tristeza. Jahizett no podía parar de observar a su amado y él no podía despegar la mirada de ella.

"¿Ustedes nos ayudaran?" Shermay tropezó con el semidiós que llamó su atención, mientras hablaba con una perfecta voz llena de tristeza y rompía en un llanto manipulador. Jahizett le siguio la corriente a su amiga, pues sabía que la manipuladora hija de Hades sabía cómo llamar la atención.

       Los chicos miraban, a las diosas en cuerpos de simples humanas, y se miraban entre sí. Estás humanas se les hacían muy conocidas pero no recordaban de donde. Luego de pequeños segundos recordaron que ellas estaban ahí porque necesitaban ayuda y Zeus les encomendó esa misión. Entonces los chicos se acercaron a las chicas.

"Shh... no lloren. Nuestros nombres son Perseus,Rocco y Dimitri, estaremos en su total disposición." Las chicas, principalmente Armeilys, casi estallan en risa, pero disfrazaron su alegrías en una profunda tristeza.

       Percy y Rocco se observaban entre sí, sin saber qué hacer. El primero en dar el primer paso fue Dimitri, quien no pudo reprimir las ganas de abrazar a una desconsolada Armeilys. La cara de Armeilys fue todo un hermoso poema, que fue arruinado por dos chillidos de sorpresa de parte de sus amigas. Perseus y Rocco decidieron hacer lo mismo que su amigo. Ellos abrazaron a Jahizett y Shermay con demasiada fuerza provocando que sus respiraciones se cortaran.

      Cinco meses después de sus llegadas al campamento los problemas comenzaron a ahogar a las jóvenes diosas. En todo en todo el mundo se habían enterado de la desaparición de las jóvenes diosas, ya que Hades, Poseidón y Zeus ofrecieron una recompensa de ofrendas y poderes creados por los dioses para quien encontrará a sus desobedientes hijas. Y para completar el océano de problemas, una dríade, ninfa de los árboles, llamada Astrid había llegado al campamento y juraba haber observado cómo las tres diosas tomaban los cuerpos de unas humanas hace cinco meses. Por si fuera poco, algunos semidioses creían que ellas eran las diosas, pero nadie podía averiguarlo ya que las chicas eran protegidas por sus hermosos semidioses.

      Jahizett salía con Percy desde hace dos meses, su relación era posesiva de parte de ella y calmada por la parte de él. Por otra parte, Armeilys y Dimitri salían desde hace tres meses, su relación se estaba tornando incomoda ya que Armeilys no toleraba engañarlo más. También la pareja menos complicada eran Shermay y Rocco, quienes salían desde hace cuatro meses, su relación no era tan complicada debido a que él desde el principio sospechaba que su amada no era una mortal, ya que él había heredado la inteligencia de su madre Atenea.

       Las chicas se encontraban en su cabaña planeando lo que harían con la intrusa de Astrid. En ese momento las tres estaban desesperadas, no querían perder a sus amados y esa dríade estaba logrando que ellos dudaran de ellas. En esa fría tarde todos estaban resguardados de la lluvia y por esa razón debían actuar en ese mismo día. Shermay y Jahizett se dedicaron una mirada llena de seguridad, mientras Armeilys les suplicaba que no asesinaran a nadie. Shermay y Jahizett salieron de sus cabañas hechas unas furias, Armeilys les siguió el paso. Ninguna de las tres notó que sus chicos las siguieron preocupados.

      Al llegar al lugar, donde por primera vez se transformaron en humanas, comenzaron a tomar sus verdaderos y perfectos cuerpos. Jahizett y Shermay sabian que para asesinar a una dríade tenían que acabar con su árbol. Ellas dos le pidieron a Armeilys que utilizara su poder para hacer que una tormenta las rodeara y no permitiera el paso al círculo de árboles. Jahizett provocó que aparecieran rayos, precisamente ocho rayos, uno para cada árbol y así retener a las dríades en sus troncos. Mientras tanto Shermay cantaba en griego llamando a su vieja amiga la muerte, quien le debía un favor. La tormenta cerraba el paso a los semidioses que intentaban entrar, los rayos asesinaron a los árboles y la muerte se llevó a las ocho driades. Siete inocentes y una culpable.

Al terminar la masacre, las chicas suspiraron aliviadas de ya no tener a Astrid para fastidiar su reputación. Pero lamentablemente sus amados vieron todo y no pudieron aguantar su desesperación. Perseus rechazó a Jahizett, Dimitri odio a Armeilys y Rocco entendió a su amada.

A partir de ese día los chicos fueron castigados a vivir eternamente con sus protegidas. Naciendo el amor obligatorio, ya que los dioses pensaron que ellos cubrieron a las jóvenes diosas.

                          

Fin

Amigas Unidas, Historias CreadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora