Capitulo cinco

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Erik:

- Padre, madre...él es Erik- dijo Rebeca mientras me presentaba a sus padres. No se como me convenció de esto- lo encontré en el bosque y...

- ¡Rebeca!, ¡¿estuviste en el bosque?!, ¡sabes que esta prohibido!- dijo el que al parecer era su padre.

- Señor, puedo jurarle que no tengo malas intenciones... yo solamente paseaba por el bosque cuando su hija me encontró.

- y usted...¿quien es?- pregunto la madre de Rebeca mientras se resguardaba en la ancha espalda de su marido- ¿no nos harás daño?.

- pues, la verdad no señora...yo...

- él se quedará con nosotros!- me interrumpió Rebeca- Padre, él viene de Francia, de seguro que nos ayudara en algo, los franceses tienen muchos trucos bajo la manga- y vaya, que trucos.

- ¿es cierto?- preguntó el padre.

- mas que cierto señor, y si me permite quedarme podría ofrecerle  algunos de mis trucos- de todas maneras, no tengo un lugar a donde ir.

                          ♪♥♪
Christine:

Abrí mis ojos poco a poco, el cuarto en el cual me encontraba se encontraba en plena obscuridad, así que encendí una pequeña vela que se encontraba a mi lado.

La débil luz inundo parte de la habitación haciendo un efecto aterrador. Él aun estaba aquí...no se ha ido del todo...o tal vez me estoy volviendo loca...pero...puedo sentirlo...las candentes y agresivas notas de su ópera aun resuenan en mis oídos.

Me levanto de la cama...debo de seguir la musica...él es el genio que se encuentra sentado en aquel taburete...él es aquel al que la musica nunca lo abandona...y quiero ir...quiero ir con él.

Llevo la vela en mis manos...estoy tan cerca...puedo oler su masculino perfume...estoy a unos cuantos centímetros de él.

La vela oscila y se apaga dejándole en la mas profunda obscuridad... estuve tan cerca...pero a la vez tan lejos.

La obscuridad no me asusto, al contrario, la extrañaba tanto que me sentí como otra vez en casa, como si no hubiera estado ahí haces mas de 100 años.

Cerré los ojos para ir a aquel mundo del que Erik siempre me hablo...dónde existían dragones y ninfas de los bosques...donde todo es alegría y no se juzga a nadie por su apariencia.

- Esto no es real...él está aquí...él nunca se fue...él aun esta a mi lado...esto no es real...solo quiero que todo sea como antes.

mientras decía eso podía sentir que unas manos me tomaban por los hombros.

- Por fin te encontré querida- esa era la voz preocupada de Nadir- no sabes como me tenias preocupado, ¿Qué haces aquí Christine?.

- Yo...yo solo quería volver...yo solo quería verlo pero ya no esta...- después me abrazo, era un abrazo lleno de cariño.

- oh, querida, él ya no esta- dijo para después mirarme a la cara- debemos salir de aquí.

Caminamos por las obscuras calles de París, Nadir me guiaba tomada por los hombros como si tuviera miedo de que desaparezca en medio de la penumbra. A decir verdad...yo también tenia miedo.

Saco el juego de llaves de su bolsillo para luego entrar en la casa. ¿por que fui?, eso no era bueno para mi y lo sabia.

- Christine, ¿estas bien?- yo solo afirme con la cabeza- ven, pasa...debes de comer algo, no te hará nada bien el no comer.

- Tranquilizante Nadir, estoy bien, y no tengo hambre...creo...creo que todo lo que necesito es descansar un rato.

- ¿Segura?

Dondé Estás Mi Angel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora