Capítulo 1.

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— Ve y akumatizalo. — Fuertes y firmes eran las palabras de aquel hombre misterioso. — Yo te daré el poder para que las personas que te lastimaron y se burlaron de ti paguen lo que hicieron.—

— Claro que sí... Hawk Moth.— Un aura oscura comenzó a brotar por todo su cuerpo de aquel chico. Su piel se colocó pálida, en sus ojos se notaban unas grandes ojeras y su corazón ya no respondía, sólo estaba apagado al igual que su mente.

— He cometido un error...— Musitaba el hombre de orbes azules desde su guarida tratando de conectarse con el cuerpo de esa persona, controlarlo, pero todos sus intentos fueron inútiles. Soltó un fuerte suspiro colocando una mano en su cabeza. — Adrien... vuelve pronto.. —

「 5:00 pm||Colegio François Dupont」

— Muy bien, chicos, anoten la tarea que se llevarán a casa y realicenla, ¿De acuerdo? Después de eso pueden retirarse. —La maestra de cabellera anaranjada informó. 
— ¿Puedes creerlo, Juleka? ¡El príncipe Alí volverá a París! Esta vez porque desea que tengamos una cita. —

— Me alegro por ti, Rose...— Musitó una pelinegra guardando todas sus cosas.

—¿Quieres ir por un café? —.

— En realidad... no puedo, tengo que ayudarle a mi madre en unas cosas del hogar. —

—Está bien...—

—¡¡¡UN ZOMBIEEE!!! ¡AYUDA! — Un grito desgarrador se escuchó desde las afueras de la aula. Todos dentro se quedaron en silencio, mientras que el rubio abrió con lentitud la puerta, sus ojos se engrandecieron cuando se deleito con una escena que le habría hecho devolver el desayuno. Tres "mutantes" estaban atacando a una de las alumnas del colegio, él no supo como reaccionar, esto era diferente, mucho peor que antes. Cerró inmediatamente la puerta con seguro.

—Adrien.. ¿Qué sucede afuera? — Mencionó la maestra desde su escritorio.

— A-A-A-Afuera... n-no...— Adrien estaba estupefacto, no podía articular bien alguna palabra.

— Pff, se parece a Marinette como tartamudea. — Se burló Chloé con una risita.

— No es momento Chloé, algo está sucediendo allá afuera que hizo que a Adrien lo dejara con el ojo bien abierto.. — Bufó Alya, dirigiéndose hacía la puerta y cortésmente hizo a un lado a su compañero, sólo se asomó un poco como para que su corazón se detuviera, cerró cuidadosamente la puerta y dio media vuelta atónita. — ¡HAY ZOMBIES EN LA ESCUELA! — Gritó por toda la aula. — Que...Que no entre el pánico... La-Ladybug nos salvará.. e-ella vendrá... — Se dejó caer tomando su cabellera con ambas manos.

— ¿Zombies? — Pronunciaron todos. Cuando repentinamente la puerta comenzó a azotar fuertemente desde afuera, los chicos colocaron el escritorio de la mestra en la puerta, pero sin previo aviso una mano fría y pálida sujetó a Kim de su chamarra. Los demás intentaron apartarlo mientras Adrien aún seguía pensando en lo que vio anteriormente, por suerte, Marinette se acercó a él dedicándole una cálida sonrisa y un abrazo que lo hizo reaccionar. 

— Hay que transformarnos... ¿Qué tal si hoy es el último día de la humanidad? — Sí, ellos sabían sus identidades, algo que en el momento les tomó por sorpresa, pero al día siguiente aprendieron a distinguirlo.

— Sí... — Él aseguró y ambos se pusieron en sus posiciones frente a toda la clase.

La chamarra de Kim pasó y ahora el centro de atención era la sorpresiva transformación de este dúo. — Todos apártense... Y evacúen por la puerta trasera.. asegúrense antes de salir que no hay ningún Zombie, aunque es mucho de dudar que hayan encontrado el techo... — Informó la asombrosa heroína de París.

— Ma-Ma-¿Marinette? — Alya lentamente sacaba su móvil de su bolso, pero Ladybug no se lo permitió. 

— No es momento de las entrevistas, Alya, esto es algo serio... —

—De acuerdo. —

— Vamos, Chat Noir, a patear traseros de zombies. —

— Con gusto, my lady...— Se tronó los dedos.

Por otro lado, Iván fue el primero en asomarse por la puerta trasera que no se hayara rastro de esos mutantes. Le aseguró a todos y lo siguieron.
La pequeña rubia de  bellos orbes celestes temblaba de miedo por todo el camino, Juleka no lo pasó por alto, eso de los zombies no le asustaba ni una pizca, incluso le parecía increíble verlos, pero no era el momentos para sus gustos tétricos. 

Desde abajo de las escaleras dos manos aparecieron pálidas y con muchas heridas, tomó las piernas de Max arrastrándolo, todos quedaron en silencio, muy sorprendidos.

— Genial... — Se escuchó por parte de Juleka. Los demás la miraron seriamente. — Es decir... pobre Max, que en paz descanse... — Musitó para finalizar.

— ¿¡Estás loca, Juleka!? ¡Se han llevado a Max y tú estás bromeando! —Kim se alteró.

Ella sólo suspiró y acomodó su flequillo. — Tenemos que seguir adelante... —

— No... se llevaron a Max y... y... no puede ser posible... —

— ¡Si nos quedamos aquí nos atraparán! ¿Entendio? Así que mueve tu tonto trasero. — Chloé no podía más con el dramatismo de su compañero Kim. — Camina o soy capaz de dejarte aquí.. —

El muchacho con esfuerzo y seguía caminando, cuando todos estuvieron apunto de cruzar la puerta, el grito de Nino los hizo mirar atrás... si, el ahora estaba siendo comido por esas bestias. Los ojos de Alya engrandecieron completamente y ellos unas pequeñas lágrimas se asomaban, no era posible, ella se dejó caer mientras que Rose intentaba animarla, pero obviamente fue imposible. Kim e Iván cerraron la puerta y dejaron unas sillas viejas por encima.

— NINO, ¡NINO! ¡NINO! — La castaña quería arrastrarse hacía la puerta que lo apartaba de su pareja, pero Rose la detenía junto a Mylene. Juleka ignoró esa escena y se dirigió más allá de donde estaban para después encontrarse con un paisaje totalmente sangrando por así decirlo, de los autos salían llamas, plagas de zombies perseguían a las personas mientras Ladybug y Chat Noir les cortaban la cabeza intentando llegar a la cabeza principal de todo, pero era más difícil de lo que esperaban, el sol lentamente se iba ocultado y en las calles habían rastros de sangre. Juleka soltó un cansado suspiro sin necesidad de quedar impresionada por eso.

— ¿Acaso tú no le temes a nada? — Un chico de cabellera rojiza la interrumpió, él ahora también miraba París en llamas.

— Aunque no lo creas tengo miedo por dentro, miedo a saber que este es mi último día.— Ella respondió con naturalidad, sacando de sus bolsillos un cigarrillo y un encendedor.

— ¿Podrías obsequiarme uno? — Extendió la mano, recibiendo un cigarrillo, lo encendió y exhaló un poco de humo desde sus fosas nasales. — No sabía que hacías esto... —

— Es algo natural, incluso tú lo haces..— Poco después lanzó el resto del cigarrillo.

— Juleka, Juleka, ¿Dónde estás? — La pequeña rubia llamaba preocupada a su amiga.

— Yo me voy y gracias.— El pelirojo se retiró indicándole a la ojiceleste donde se encontraba su amiga.

— ¡Jule....ka!— Estaba completamente sorprendida por ese paisaje que ahora todo era un desastre. Sus manos comenzaron a temblar y en sus bellos ojos se asomaban unas lágrimas.  — No puede ser posible..—Se abalanzó hacía su amiga, ella la recibió con los brazos abiertos. Juleka sólo la miraba con cierto tono de trsiteza, le dolía ver a su amiga así, aunque por fuera no lo demostrara. — Tengo miedo, Juleka...— Le susurró y levantó su cabeza para mirarla a los ojos, en sus mejillas se deslizaban las lágrimas de temor que ahora ella sentía.

De los labios de la pelinegra se dibujó una pequeña sonrisa, la acurrucó a la rubia en sus brazos mientras ahora su mirada se contemplaba en todo su alrededor.

— Estaremos bien... Yo te protegeré.—

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©Imagen tomada del capítulo 27 del manhã (¿Así se escribe?) Their Story.

zombie in parís | julerose; ¿CONTINUACIÓN?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora