Maury Millar.

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Granja a las afueras de Whasington, Día I.

Rinnng rinnng! Sonó la alarma y estiré mi mano para apagarla, excelente 4:30 de la mañana, sería un largo día, necesitaba salir al bosque a buscar carne fresca para la comida. Las 4:30 era una buena hora para levantarse, en el campo siempre lo hacemos temprano, somos más trabajadores en cambio que los de la ciudad se despiertan muy tarde, claro, no tienen afán, tienen todo a sus manos.
Salí en búsqueda de mi toalla para bañarme y entré al baño, me di una buena ducha, me cambié. Salí a la terraza en búsqueda de Jack para que me acompañara.

-Buenos días papá, buenos días hermanos.

-Buenos días- respondieron todos.

-Saldré a casar papá, Jack irá conmigo.

-Está bien hija, mucho cuidado por ahí.

-Está bien padre, Jack 10 minutos y nos vamos.

Si no me conocen mi nombre es Maury Millar vivo en una granja a las afueras de la ciudad, en ella vivo con mi padre August Millar y mis dos hermanos Jack y Antony. He vivido toda mi vida aquí, mi madre falleció hace poco, me dejó muchos legados, soy experta en supervivencia, tengo demasiada experiencia en eso. Toda la vida me he acostumbrado a ser dependiente y lo he demostrado a todo el mundo.

-Jack ya es hora de irnos, falta poco para las cinco- dije.

Estaba muy entusiasmada por ir al bosque ya que era algo que siempre me encantaba, estár en contacto con la naturaleza, tomar una pequeña siesta, sentir el aire puro y el delicioso olor a tierra húmeda, era una de las maravillas del mundo para mí. Oír cantar a las aves, en fin contemplar toda la hermosura de la naturaleza.

-Un momento!

Jack salió y salimos apresuradamente a adentrarnos al bosque en búsqueda de lo que necesitábamos, deberíamos casar para tener carnes en la granja, ya que se iba poco a la ciudad y no se podía traer. En la granja tenemos sembrados muchos alimentos para el consumo, tenemos vacas para la leche y caballos para el transporte.

-Tany extrañas a mamá?- preguntó Jack.

Mi cara dio un vuelco completo, quedé atónita por su pregunta, la verdad era que extrañaba demasiado a mamá, aunque me hiciera la fuerte, por dentro estaba destrozada, pero no quería demostrarlo porque tengo que ayudar a mis hermanos a superar esto, si yo no lo hago todos estuviéramos jodidamente mal. La extrañaba, extrañaba cada consejo, cada regaño, cada cosa que aprendí de ella, desearía que estuviera aquí conmigo pero ya esto no sería posible.

-Sí Jack, mucho- respondí.

-Yo también, desde que se fue nada ha sido igual, me siento más sólo.

-Pero Jack para eso estoy yo- lo abraze y una lágrima cayó- todo estará bien mi pequeño.

Seguimos caminando en búsqueda de lo que íbamos. Encontramos unos pavos, con suerte los cogimos. Cuando eran aproximadamente las 11 de la mañana ya estábamos en casa, papá nos recibió con una gran sonrisa.

-Que bien mis pequeños, yo prepararé el almuerzo, descansen, ahora es mi turno.

-Bueno papá, estamos agotados, yo iré a ducharme.

Me fui a duchar, entré al baño y me puse a pensar sobre lo que dijo Jack, mamá se había ido hace poco y todavía no lograba superar por completo su partida y si yo no lo había hecho, mucho menos mis dos hermanos menores que eran mas apegados a ella, que siempre estaban junto a ella y se sentían más protegidos con ella que con papá. Abrí la ducha, adecué el agua a una temperatura agradable y me di un gran baño, salí del baño y me puse una ropa muy cómoda.

¿Los zombies tienen sentimientos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora