Lauren: Anda, pasa. -Le dijo dandole espacio para que entrara a su apartamento.
Camila: La pizzería no me paga por hacer esto. -Dijo negándose a hacerlo, aunque por mas que quería sabia que no seria lo correcto.
Lauren: Es que no es la pizzeria que te va a pagar, soy yo. -Dijo aún esperando que la repartidora entrara a su apartamento.
Camila simplemente se quedo en silencio y decidio hacer lo que pedía la compradora.
Pues el cliente siempre tiene la razón ¿No?
Lauren: Bienvenida. -Dijo al ver que Camila ya había entrado a su casa.
La repartidora simplemente asintió en modo de agradecimiento.
Camila: ¿Donde te dejo la pizza? -Preguntó al entrar.
La verdad es que la repartidora estaba sorprendida, al saber que entraría a la casa de la intimidante chica lo primero que pensó que su decoración sería, vampiros, murciélagos, paredes negras y símbolos satánicos pero no, el apartamento de la chica no tenía ningún tipo de decoración.
A parte de no tener decoración solo habían cajas, en todo el apartamento lo único que contenía era cajas, pareciendo que se acababa de mudare en el.
Lo unico que tenia a parte de las cajas era una pequeña mesa con sillas plásticas en la sala.
Lauren: Puedes dejarla encima de la mesa. -Dijo cerrando la puerta de entrada.
Dejando a Camila tragarse su propia saliva, pues no conocía a la chica y tampoco quería ser descortés y decirle que se tiene que ir.
Camila: Bueno, aquí está. -Dijo colocando la pizza encima de la mesa y dirigiendose a la cerrada puerta de entrada.
Lauren: ¿A donde vas? -Preguntó al ver que la repartidora estaba por escapársele.
Camila: Te dije, tengo mas pedidos que hacer. -Dijo intentando abrir la puerta fallando en el intento, pues al parecer era una cerradura que solamente la dueña del apartamento entendía.
Lauren: No me voy a comer esta pizza yo sola. -Dijo invitándola a sentarse y comer.
Camila: Es que de verdad, me tengo que ir. -Dijo aun intentando abrir la puerta.
Lauren: Hasta que no te comas un pedazo conmigo no te abriré la puerta. -Dijo amable y de manera juguetona.
La repartidora simplemente acepto y fue a comerse un pedazo de pizza.
Pero no era un simple pedazo, era uno de los pedazos de pizza que mas asco le iba a dar comerse. Pues, odiaba la pizza de piña a morir.
Y empezó, asqueada le dio el primer mordisco, mientras que la compradora solo veía su cara de asco.
Lauren: ¿Algo pasa? -Preguntó al ver la cara de la repartidora.
Camila: La verdad es... -Empezó a explicar con un poco de pizza en su boca. - tengo que hacer mas pedidos y estoy preocupada. -Mintió casi atragantándose con la pizza.
Lauren: Déjame ver la lista de tus pedidos. -Le pidió a la repartidora.
La cual de inmediato se negó.
Camila: No, puedo hacer eso. Lo siento. -Dijo temerosamente, ya que le estaba negando algo a la intimidante chica.
Lauren: No hay problema. -Respondió, y esta respuesta sorprendió bastante a la repartidora, pues pensó que iba a responder de mala manera.
ESTÁS LEYENDO
La Repartidora De Pizzas |CAMREN|
FanfictionCamila Cabello es una chica de diecisiete años que decidió dejar la escuela para ponerse a trabajar y ayudar a su madre viuda la cual estaba pasando por problemas economía después de su esposo haber fallecido en un accidente automovilístico, Camila...