Ya da igual, ya no importa, no te preocupes por mí. Sólo te pido ahora que todo se ha acabado y que no te queda aliento para susurrarme al oído... Que me cuides. Pero no cuidándome como antes. Me basta una dieta baja en palabras bonitas. Sólo pido que me cuides. Simplemente que cuando vaya a decir que te quiero por inercia, no me pares. Enséñame que todo acaba y debo aceptarlo. Enséñame a llorar y a escribir otra vez poemas de desamor.
Pero no me dejes. Por favor, si no quieres hacerlo, no me dejes. Porque yo sigo aquí mirándote a los ojos y deshaciéndome en pasado... Porque no quiero aceptar que te he perdido cuando hace un rato celebré haberte ganado.