Única parte

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Un día de lluvias. El peor de los climas.

La Yorozuya estaba sumamente aburrida y era obvio que no tendrían ningún cliente. Estaban los tres acostados en el frío piso, intentando dormirse.

Shinpachi estaba muy cansado por el día que había tenido, simplemente se cansó de gritarles a los otros dos y de espantar al acosador de su hermana de la casa... Otra vez, quería cerrar los ojos.

"Otro día de rutina." pensó él. "¿Porque estaré tan cansado?"

Gintoki estaba leyendo la Jump, arriba de una almohada, se podría decirse que por su vagancia se quedaría dormido en cualquier momento.

Mientras la de cabellos naranja estaba tan cómoda en el pelaje de su gigantesco perro qué le pasaría lo mismo que a los otros.

Pero algo interrumpió ese momento. Tocaron la puerta.

- Patsuan...- Dijeron al unísono, sin desacomodar su posición.

-... - Los miró con odio. Era imposible que les reclamará otra vez, no quería empezar una pelea.

Con dificultad se levantó y fue a abrir la puerta.

Lo que vio lo dejó algo atónito. No dijo ni una palabra, se limitó a mirar a las visitas de arriba a abajo.

- Hola Shinpachi.- Kondo Isao tenía una gran sonrisa, pero toda su vestimenta estaba empapada.

Venía acompañado. El vice-comandante y el capitán de la primera división estaban unos centímetros atrás.

Se creó silencio. Era obvio que aquellos tres querían pasar a limpiarse y mantenían unas caras de súplica. Pero el menor de los Shimura estaba indeciso. Sabía de la gran rivalidad entre ellos, sobretodo con Kagura y Gintoki. También seguía un poco molesto por aquel acosador del Shinsengumi por esconderse en la ducha de su baño para espiar a Otae.

Después de unas miradas y súplicas internas, Shinpachi cedió.

- Oh... Parece que hay una tormenta, ¿Quieren pasar a secarse y esperar a que pase?

-¡Muchisimas gracias!- Habló el mayor.

Los tres entraron y con respeto dieron las gracias. Se sacaron los zapatos como costumbre y esperaron indicaciones del muchacho.

- Bien, aquí está el baño.- Señaló la puerta a su derecha.- Ahora les doy toallas. Y cuando se sequen, entren a la habitación de allá. Está la estufa, Gin y Kagura.

- Gracias Shinpachi.- Volvió a sonreír el que parecía un gorila.

Siguieron los pasos indicados y mientras, el anfitrión fue a avisarles de las visitas a los dos holgazanes.

-¿Quién era?- Preguntó el peli plata cuando vio que el otro entraba a la habitación.

- Kondo, Hijikata y Okita.

-¿¡Qué!? ¿¡Y los dejaste entrar!?- Aquel seguía manteniendo la posición de lectura.-¡No puedes dejar entrar plagas, se multiplicaran!

- Gintoki... Hay que ayudarlos, afuera hay un tifón.

- No me importa... Sacalos de acá, shu, shu.

- Perdón Gin. No quiero, hazlo tú si tanto problema tienes.

El que antes una vez fue llamado Shiroyasha se mantuvo callado. Estaba molesto, tener que aguantarse a alguien que no quiere en su casa. Pero sabía que se haría un lío si interferia. Así que cedió, no lo trataría bien pero no haría que se vallan, total él aún tiene un poco de corazón. O quizás no quería estropear su comodidad.

La lluvia deja que te quedes en casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora