Tomó un último aliento antes de subir las escaleras hacia la puerta negra con moho que se tendía amenazadora justo al final del último escalón.
Detrás de esa puerta tan temida por los principiantes, se encontraba el RCA-11. Esta vez, emprendería un viaje en busca del famoso Planeta Azul.
La frase que su amigo creyó irrelevante, "Toma el reto" resonaba en su cabeza mientras subía el primer escalón. Sólo 23 escalones más para tratar con el peor de sus miedos.
El ruido de los motores de algunas máquinas en aquél balcón aceleraban los latidos de su corazón y opacaban la belleza del alma.
Su cerebro le jugaba una mala pasada. La remontaba a sus extraños 11 años, en peleas con su madre por su futuro. Cuando ella le gritaba "Siempre te olvidas de mí". O cuando jugaba con su hermano menor y le prometía encontrar un sorprendente objeto rojo.
Es increíble que a pesar de haber cumplido su sueño, quiera volver a ser pequeña, cuando su única preocupación era que sus tareas estuvieran completas.
Sólo 22 escalones más para el despegue.