Este momento es algo importante. Si bien siempre intentas mantener en tu mente los momentos felices, este quedará en su mente, estoy seguro. Claro, intentará borrarlo con alcohol... mucho alcohol, pero eso no servirá. Aitana siempre estará ahí para él.
La lluvia parece no detenerse nunca. Las gotas caen con fuerza en las ventanas logrando que las personas dentro notaran su presencia. Pero Mark solo se empeñaba en mantener a su esposa cerca y lograr que perdiera su avión.
Luego de horas de discusión, intentando vagamente detener a su esposa, Mark cedió, permitiéndole tomar su abrigo y sus valijas. Un breve "Adiós" se escuchó cuando la pequeña se despidió. El momento había llegado. Su mujer se estaba yendo y lo abandonaba al cuidado de su pequeña hija de seis años. Es triste pensar que toda esta discusión comenzó con un "Tus desayunos siempre fueron nauseabundos".
Ya pasados los cuarenta y cinco minutos, para no caer en angustia, preparó un baño para su hija e intentó distraerse escribiendo una carta, Desde la sala se escuchaba la pequeña voz de Aitana diciendo "Nunca me baño los días Sábados, excepto en Semana Santa", pero él solo podía concentrarse en la última frase que la tinta garabateó sobre aquél papel: "Un eco de tu voz se percibe con el viento del Sur".