"No podía establecer en qué horario estaban ocurriendo los hechos. Desde hacía algunas horas tenía la sensación de haber perdido la noción del tiempo. No me era posible distinguir si aquel cielo era del día o de la noche.Lo cierto es que el ingreso a esa vieja catedral ponía ante mi vista una densa oscuridad, sólo interrumpida por unos intermitentes halos de luz que parecía el reflejo lejano de una llama encendida.
A la sensación de soledad y miedo se le sumó la certeza de la proximidad de algo horroroso.
Lo que de entrada me parecía el eco de mis pasos caminando por ese enorme y oscuro lugar, repentinamente se volvió el ruido, a caso el murmullo de una presencia que me vigilaba.
No sé..."
... si fueron segundos o minutos, pero sí sé que en el mismo instante en que las luces a penas perceptibles desaparecieron, un viento frío recorrió mi espalda, logrando sacarme el aliento.
Pudo haber sido una acción muy insensata, pero algo que no sé explicar logró que girara mi cuerpo, para encontrarme con miadre, con su característico semblante tranquilo. Una leve sonrisa se escabulló por sus labios, mientras sus ojos no dejaban de mirarme.
Sólo recuerdo su suave voz despidiéndose y su figura desapareciendo muy lentamente. Remontarme al día de su muerte hace que un profundo sentimiento de culpa se origine en mi pecho, por pensar que con simples rezos podría salvarla... Por no haber disfrutado de su compañía.
Sin duda, nunca volveré a esa catedral...