Herbívoro

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Todo termino de una manera tan insípida para la nube, sentía dolor, uno insoportable que nunca antes habia experimentado. Su orgullo de carnívoro habia desaparecido por instantes llevándolo a desear cometer un completo acto de cobardía típico de un simple y débil herbívoro.

El escape de su vida esxistió como una opción fugaz que fue reemplazada por un sentimiento de odio puro hacia si mismo, se preguntaba en que tipo de debil herbivoro se habia convertido como para pensar algo así.

Se sintió infinitamente dolido, nadie, y menos el, se hubiera imaginado que aquel hombre a veces cobarde y miedoso se atrevería a hacerle daño al prefecto de Namimori. Una cosa era bromear con ello y decir que si esa situación se daba, Hibari mataría a Dino y sin embargo ello estaba muy lejos de la verdad, Kyoya no tenía la fuerza para si quiera amenazar a alguien.

Se quedó sentado en una banca de metal que estaba en un pequeño parque, recargo su espalda en ella y dejo que la lluvia golpeara libremente en su rostro, nadie salía, no habia persona alguna que lo viera. Estaba solo físicamente y mas que ello, sentía la soledad llenar su alma, nunca habia deseado ni necesitado consuelo de alguien y sin embargo ese momento era distinto a cualquier otro, otra de sus primeras veces.

Sentia las gotas recorrer todo su cuerpo, sentía frío y aun así no quería irse de allí ahora que estaba sentado.

Debilidad, el punto debil de ese carnivoro fue un hombre de cabellos rubios, no lo negaría esta vez, no sería necio y egoista como siempre, pero el poco orgullo que le quedaba lo limpio la lluvia y extrañamente fue la lluvia quien lo encontró.

-Hibari.

-Yamamoto Takeshi...-Susurró.

-¿Que haces aquí?

-Nada interesante- Respondió tranquilo.

Yamamoto se sorprendió, sabia que la respuesta de Hibari debería ser tosca y sin nada de tacto como un "Largo de aquí herbivoro" o "Que te importa herbivoro", no un simple y nada agresivo "Nada interesante". Sabia que algo estaba muy mal o muy bien.

-Pareces cansado- Dijo impulsivamente.

-Ya lo creo...

Lo observo verificando que el prefecto no estuviera muriendo por un desangre ya que el tono y las respuestas no concordaban con la personalidad.

Le toco la frente y no recibió respuesta alguna.

-Tienes fiebre.

-Que novedad, la estaba esperando...

-Ven conmigo, vas a morir si permaneces aquí.

-No quiero.

-No pregunte si querías.

-No me des ordenes herbivoro o te mordere hasta la muerte.

-Dudo que lo puedas hacerlo en ese estado.

Lo cargo dejando de lado la sombrilla que llevaba.

-Lo haré cuando despierte...

Dijo antes de cerrar los ojos.

-Esta bien.

§

-Hola Tsuna.

-Yamamoto- Vio a Hibari y se molesto un poquito pero claramente no lo dejó notar- ¿Q-que pasó? ¿Porque traes a Hibari-san cargando?

-A jaja lo encontré sentado en un parque mojado así que lo moleste un poco, se durmió y lo cargué hasta aquí porque tiene fiebre... o algo así.

-Ah entonces Hibari-san se enfermo, bueno era de esperarse.

-Eso dijo el.

Yamamoto y Tsuna entraron a la casa de este ultimo.

-Lo dejaré aquí- Dijo el espadachin poniendo a Hibari en un sillón.

-Si, gracias por traerlo, si no lo hubieras hecho se hubiera quedado allí.

-¿No hay nadie en casa, Tsuna?

-No, todos se fueron, cuando llegué de la escuela no habia nadie.

-¡No!- exclamó sobresaltando al castaño que comenzaba a tratar a el prefecto de Namimori.- Recordé que habia salido por un medicamento para mi padre, lo lamento Tsuna, cuida de Hibari por mi.

Y si mas, Yamamoto salió del hogar de la familia Sawada dejando solos a un herbivoro y... bueno a el otro sin clasificación aparente aún.

El menor comenzo a atender a Hibari, sin embargo primero tenia que cambiar la ropa de este pero claramente no tenia ropa a la medida del azabache así que buscó entre la ropa nueva que su madre alguna vez hace mucho tiempo compró a su padre y este nunca la utilizó.

Regresó al lugar donde habia quedado el mayor, se asusto de no verlo donde lo habia dejado así que lo buscó con desesperación con la mirada.

Y allí estaba, sentado en el comedor viendo la pantalla del televisor sin ser encendida.

-Hibari-san, pensé que estaba dormido

-Sawada Tsunayoshi, tengo hambre.

-Ah si, en seguida le preparo algo, será mejor que se cambie, su ropa esta empapada.

Le entregó las ropas y se dirigió a la cocina. Por su parte, Hibari se cambio se ropa con un poco de torpeza nada caracteristica de el y se sentó nuevamente.

Tsuna estaba preocupado, era mas que notable el hecho de que Hibari estaba extraño, era diferente a su vomportamiento habitual, parecia tranquilo y nada agresivo, la primera vez que lo veía así, ademas de el hecho que Yamamoto le dijera que estaba en medio de la lluvia cuando lo encontró, Hibari no era de las personas que se dejaran enfermar.

Quería preguntar que es lo que tenía pero no sabía si sería lo correcto o si de menos el prefecto le querría contar el porque de su extraño comportamiento.

Salió de la cocina con una bandeja llena de comida, sin embargo, cuando llegó al comedor Hibari habia quedado dormido.

Lo observó, se veía cansado, con un ligero deje de tristeza.

Estaba preocupado por el, lo queria, desde hacia tiempo reconoció sus sentimientos por ese hombre aficionado a golpear gente, para su desgracia fue demasiado tarde pues el mismo día que el pequeño castaño estaba decidido a salir de su hogar e ir con su guardián de la nube a confesar sus sentimientos, Dino llegó radiante de felicidad.

Recuerda haberle preguntado con felicidad a su autoproclamado hermano mayor la causa de tanta alegría a lo que este le respondió con un sencillo "Hibari Kyoya".

El castaño sintio una presión en el pecho, sin embargo, se convenció a si mismo de que podía ser solo una maldita suposicion, con miedo pidió que le explicara con mas detalle.

Fue ese día cuando la decepción y tristeza invadieron el cuerpo del menor, claramente se sentia culpable por sentir celos de Dino por estar con Hibari, pero era inevitable el sentirse así, despues de todo estaba verdaderamente enamorado.

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2016 ⏰

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