1. La despedida

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- ¡Coño! *Se me escapó sin darme cuenta*

- Suelta la revista chulo, que me asustaste, como tenga un trasquilon te mato, que me voy a casar.

- Cuando pollas me enseñas a tu novia, tan fea es joder.

- Que no pesado, que esta de lujo. Por eso no te la enseñó. *Se echó a reír*

- No te quité nunca a ninguna tía cabrón, eso si, me enamore de esta chica *le mostré la revista, pero ni caso me hizo* esta si te la quitaría. *Volví a ver la revista*

No pude evitar arrancar esa hoja, se que no se puede, pero sin que se dieran cuenta lo hice, doblé la hoja y la guarde con cuidado. Puto enfermo, pensé. Al actuar como un sicópata.

Llegué a mi casa y me acosté en el sofá. Mi amigo queria un despedida de soltero, cosa que nunca entendí, pero entre varios amigos organizaron esa mierda, así que en unas horas tendría que asistir. Con suerte dejo de darle vueltas a la cabeza, esa novia me trae loca la cabecita, para que cojo una revista de novia, si no soy tía.

Me sonó el dichoso móvil sacandome de mis absurdos pensamientos, mire quién me llamaba y era Miguel, descolge ya que seguro que me diría alguna tontería sobre la despedida, si no fuera mi mejor amigo lo mandaba al carajo, es demasiado pesado con todo este royazo, no me casaré en la vida lo tengo bien claro, y más desde que Miguel decidió casarse, es una movida que no me lo imaginaba.

- ¿Que quieres tio? *Dije al descolgar*

- Dime que vas a venir.

- Ya te dije que vale, por que eres tú.

- Aun éstas de bajón por el proyectó.

- No es bajón, es estrés. No se como hacer esa dichosa casa. Pidió muchos requisitos.

- Eres el mejor arquitecto así que tranquilo. Veté metiendo en la ducha que voy a recogerte.

- Vale mamá, tío en serio te voy a decir esto, no conducirás tú.

- Vale, pues ven a por mi ya.

- Que tanta ansía.

- Me voy a casar, y es mi última noche de soltero.

- No estas soltero, estas en una relación.

- Es lo mismo.

- No se que prisa por casarte, a penas llevas unos meses.

- No llevo unos meses, llevo mas de un año.

- ¡¿QUE?! Y no me digistes, y aún peor, y la chica del año pasado, la de fin de año.

- No seas tiquismiquis.

- Eres un capullo. Pero bueno, voy a ducharme mamá Miguel, y voy a por ti.

- Si fuera tu madre te partiría la cara por no estar deseando venir y tirarte a toda tía viviente.

- Hay mi madre no se mete y lo sabes.

Le colge y me metí en la ducha, aún no me hacía a la idea de que se casaría Miguel y menos que haya echo tan cabrón, pero bueno sería un error, seguro que no habrá sido tan hijo de puta de ponerle los cuernos cada vez que se le cruzó una facilota, o eso espero. Mi ducha fue algo corta, ya que Miguel si yo duraba mucho me mataría. Me puse mi pantalón gris de salí, mi camisa negra y la americana gris, mis zapatos de salir negros, mi reloj de oro y me peine como habitualmente, alborotado mi pelo, tenía que tener mi toque de malote, como siempre, demasiado pijo ya era por culpa de mis padres y de mi oficio. No podría ser tatuador, no, yo tenía que ser arquitecto.

Cogí mi Ferrari negro, encendí su motor y me puse en marcha. Por este capricho es por lo único que no me arrepiento de ser arquitecto, y de los mejores. Llegué a casa de Miguel, y él me abrió la puerta, sólo oí la voz de una mujer decir «Adios amor, te veo mañana» una voz muy dulce para ser sincero, pero aún seguía siendo la novia misteriosa, pero ya quedaba menos para que acabará este misterio.

Llegamos al reservado, y me cage en cada uno de mis amigos, la despedida no podía ser en una discoteca, no en un puto local de Striptis, suspire y miré en el retrovisor mis ojos color miel, y mi cabello marrón a continuación, quería saber si estaba presentable, luego salí del auto y me coloqué la ropa, era un presumido en ciertas ocasiones.

- Tios ya era hora.

- Hola Samuel, son las doce de la noche, que no creo que tenga yo ahora que salir en horario infantil.

- Venga vamos. *Dijo Miguel corriendo casi hacía dentro*

- Vamos que nosotros si andamos solteros.

- Samuel, un reservado ¿Verdad? Pensé que era una puñetera discoteca.

- Miguel esto no debería volver a pisarlo, la discoteca podra ir con ella o sólo, quién sabe como ellos lleven la relación.

- En la vida pise estos tipos de locales, sois unos cabrones. Sabéis que me gustan todas.

- Que golfo eres Kefrem.

- Vamos antes que me arrepienta y me large a mi casa.

Entramos y nos reunimos todos, Fran, Samuel, Marcos, Sergio, Miguel y yo. No dejaban de pasar contoneándose varías mujeres, semi desnudas. Entre el alcohol, y las mujeres, yo estaba que no podía más.

- Chicos, yo ya cumplí. *Soltó Sergio* Voy con mi novia, no debía ni de venir ha este lugar.

- Yo también me voy ya. *Dijo Marcos* Voy a salir a una discoteca ahora con Margó, es la mujer de mi vida, no se como voy a decirle que la quiero para mi.

- Sergio, Marcos, os llevo yo a casa, y joder no te compliques, diselo como sea.

- Kefrem, vamos que mi novia me dejo venir un rato, y esto es violento para mí y para ella.

- Claro Sergio.

Después de la despedida, de evacuar a cada uno en su casa, agarré y fui a una discoteca, de solí pandi. Me puse en la cola y había unas 5 chicas con la tipicas bandas de cuando celebran algo, ya sea cumpleaños, despedidas y cosas así. Me acerque para ponerme en la cola, y madre mía, casi se me sale el corazón del pecho.

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