Ben Drowned(en español: "Ben el Ahogado"), ó El cartucho embrujado de Majora's Mask, es un creepypasta conocido, (y más tarde, un juego de realidad alterno) creado por Alex Hall, también conocido como "Jadusable". La historia gira alrededor de un cartucho de Majora's Mask que es embrujado por el fantasma (si es un fantasma) de un muchacho llamado Ben.
Ok, necesito vuestra ayuda con algo. Esto no es un copia y pega, es una lectura larga, pero siento como si mi seguridad y mi bienestar estuviesen dependiendo de esto. Tiene que ver con un videojuego, más concretamente el Majora's Mask, y es la mierda más aterradora que me ha sucedido en toda mi vida.
Habiendo dicho esto, hace poco me mudé a un piso como estudiante de segundo año de la universidad, y un amigo mío me regaló su antigua Nintendo 64 para jugar. Eso me animó bastante, por así decirlo, finalmente podría jugar a todos aquellos juegos antiguos de mi juventud que llevo sin tocar desde hace una década. Su Nintendo 64 venía con un controlador amarillo y una copia del Super Smash Brothers, y aunque dicen que a caballo regalado no hay que mirarle el diente, no tardé mucho en aburrirme de jugar contra la máquina todo el rato.Ese fin de semana decidí dar una vuelta con mi coche por varios vecindarios a unos 20 minutos de mi campus, echando un ojo a los rastrillos de los garajes esperando hacerme con unos buenos juegos, a grandes precios, gracias a unos padres ignorantes. Conseguí una copia de Pokémon Stadium, Goldeneye, F-Zero y otros dos controladores a 2 dólares cada uno. Satisfecho, estaba preparado para abandonar el vecindario cuando preste atención a una última casa. Aun no tengo ni idea de por que me atrajo, no vi coches en ella y solo había una mesa llena de basura pero algo me dijo que tenia que ir. Suelo hacer caso a estas sensaciones, así que salí del coche y un anciano me dio la bienvenida. Su apariencia era, a falta de una palabra mejor, inquietante. Era extraño, si me preguntas por que me inquietaba no sabría realmente señalar nada, pero había algo en el que me hacia permanecer alerta. No lo puedo explicar. Solo os digo que si no llega a ser por la tarde, y oyendo a otras personas de fondo, jamás podría haberme acercado a ese hombre.
Me sonrío con su mandíbula torcida cuando le pregunte lo que estaba buscando, y inmediatamente me di cuenta de que debía estar ciego de un ojo, el derecho, el cual mantenía una mirada perdida a la distancia. Intente forzosamente mantener la mirada en su ojo izquierdo, intentando no ofenderle, y le pregunte si tenía algún videojuego antiguo.
Cuando ya estaba pensando como podría pedir disculpas de buena manera si me dijera que no tenía ni idea de que era un videojuego, para mi sorpresa, me dijo que tenía algunos en una caja vieja. Entonces me aseguro que volvería en un instante y se fue hacia el garaje. En cuanto vi. como se fue cojeando, no pude evitar darme cuenta de lo que estaba vendiendo. Sobre la mesa había unas... cuanto menos, pinturas bastante peculiares. Varias obras de arte que parecían manchas de tinta que un psiquiatra te mostraría. Curioso, las mire todas (estaba claro por que nadie visitaba este garaje, no eran ni mucho menos una vista muy agradable). Cuando llegue al ultimo, por alguna razón me recordó a " Majora Mask " -El mismo cuerpo con forma de corazón, con pequeñas estacas hacia fuera. Realmente, en mis adentros, pensé que, al haber albergado la esperanza de poder encontrar este juego en los rastrillos, alguna cosa Freduniana estaba proyectándose a si misma en esas manchas de tinta, pero después de los eventos ocurridos no sabría decirlo. Debería haberle preguntado al hombre sobre ellas. Desearía haberlo hecho.
Después de mirar el dibujo que se parecía a la mascara, mire hacia arriba y vi. como el hombre había vuelto de nuevo, como a un brazo de distancia, justo delante de mi, sonriendo. Admito que salte de forma refleja y sonreí nerviosamente cuando el me acerco un cartucho de Nintendo 64. Era un cartucho estándar, color gris, excepto que alguien había escrito Majora en el con permanente negro. Tenia mariposas en mi estomago tan pronto como me di cuenta de la coincidencia y le pregunte cuando quería por el.