2 años después.
— Ni siquiera se para que vienes ya tengo 16 – le dijo la azabache–
— Se que te encanta mi presencia –dijo el –
— Claro que no – dijo ella –
— Entonces por que cada vez que me acerco te pones nerviosa– habló mirando a los ojos a la pelinegra –
— Por que te quiero – dijo para después darle un beso en la mejilla a su niñero–.