Capitulo 6: Límites y Fronteras (Parte 1/2)

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POV Katniss

Ya ha pasado una semana desde que Finnick decidió que se hospedaría a en mi casa hasta nuevo aviso. Toda la semana lo he estado llevando por todo el distrito porque él me comento que quería conocer la zona. Hoy hemos llegado hasta la cerca eléctrica (o lo quedo de ella después del bombardero) que alguna vez fue considerada el límite del territorio del distrito doce.

-Hasta aquí es el distrito doce-anuncie, deteniéndome frente a los restos de la cerca- Lo que queda después de esto, es la frontera entre el distrito doce y el distrito trece.

-¿Podemos ir mas allá?-pregunto Odair con su mirada perdida en algún punto del horizonte-.

-Si, supongo que si. No veo ningún problema.

Salte por encima de la cerca (como dije el bombardeo la había destruido casi por completo así que no tuve que hace mucho esfuerzo, bastaba con pasarle por encima) y empecé a caminar hacia el bosque con paso firme.

-Pareces conocer bien el lugar-menciono Finn siguiéndome el paso-.

-Aquí fue donde aprendí a cazar y nadar. Mi padre me enseño antes de morir. Fue gracias a eso que pude mantener mi familia a flote en los tiempos de crisis.

-¿Pero no era ilegal? ¿No te matarían si te atrapaban cazando?

-Claro que sí, pero siempre tuve mucho cuidado de que no me descubrieran. La cerca casi nunca tenia electricidad. Yo venía aquí y escondía los arcos en algún tronco hueco y luego salía a cazar algún animal silvestre. Una parte la llevaba a la casa y la otra la vendía, incluso les vendí a algunos agentes de la paz.

-Pues te enseño bien. Su hija es la doble ganadora de los juegos del hambre.

-¿Doble? No recuerdo haber ganado la segunda.

-Que no hayas sido la última sobreviviente no significa que no hayas ganado. Y si recuerdo bien, la primera vez compartiste el primer lugar. Me parece que correcto que ahora tengas el tuyo propio.

Rodé los ojos.

-¿Dónde aprendiste a nadar?-pregunto de repente.

-¿Ah?

-Dijiste que tu padre te había enseñado a nadar por estos lados. ¿Dónde?

-En un pequeño lago.

-¿Está muy lejos?

-No, no tanto.

-¿Podemos ir?

Mire al cielo, aun era temprano. Si íbamos a buen paso, deberíamos ser capaces de llegar al lago, detenernos un rato y volver antes de que obscurezca.

-Sí, supongo que no hay problema. Pero tenemos que apresurarnos si queremos volver antes de que el sol caiga.

-¿Entonces porque perder el tiempo? Vamos-dijo Finnick y empezó a caminar hacia una dirección cualquiera-.

-Finn...-le llame-.

-¿Si?-respondió aun caminado hacia no sé donde-.

-De todas los caminos que dan al lago. Elegiste justamente el contrario.

El se detuvo de en seco.

Negué con la cabeza y le hice señas para que me siguiera por el camino correcto. Finnick demostró inteligencia y sabiduría al hacerlo.

Ya por el camino correcto, anduvimos conversando un rato de trivialidades (tales como color y comida favoritas, qué nos disgustaba y qué nos encantaba, etc) y me cercioré del algo que sabía desde hace mucho tiempo: somos muy diferentes. Pero curiosamente esto (a pesar de que era muy obvio) no fue un obstáculo, todo lo contrario conforme íbamos hablando descubrí muchas cosas de él y de mí, cosas que por ejemplo no sabían que podía llegar gustarme. Estábamos explorando el terreno novedoso y desconocido de la mente otro. Era como conocer un nuevo mundo a través de desvíos y caminos que nunca pensamos que tomaríamos, pero que cuando lo hicimos, nunca nos arrepentimos.

Y Un Tercero Para CompletarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora