Cuando finalmente nos decidimos, me senté en el sillón a esperar la llamada de Noah con los detalles, que no tardó mucho en llegar. Nos debíamos encontrar en la rueda gigante, como la otra noche. Solo que no podíamos ir caminando, ya que Hannah, quien eligió unos tacones, parecía una foca retrasada caminando con ellos. Dudé un momento si debía pedirle que nos pasara a buscar, pero terminé cortando la llamada con un simple “nos vemos ahí” y me resigné a tener que manejar hasta el lugar.
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El verano de mi vida.
RomanceCuando las adolescentes, Hannah Lightwood y Claire Campbell deciden realizar una de sus mas grandes aspiraciones desde pequeñas, irse solas de vacaciones a Fairfax, emocionadas emprenden viaje, aunque nunca esperaran un tiempo lleno de risas, confi...
