The Pirate and The Merman *[SeBaek]

Oscuridad

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Crecí en una familia amorosa. Mi madre/padre me daba muchos besos y abrazos desde que pude comenzar a recordar, mi padre me levantaba en sus brazos y chocaba su nariz y frente conmigo.

Los ame desde que estuve consiente y lo seguiré haciendo.

Sé que el cargo de príncipe tiene demasiada responsabilidad y obediencia pero si tuviera que elegir entre ser príncipe, incluyendo tareas y lujos, y ser un ciudadano normal... elegiría ser un ciudadano normal.

Si fuera un ciudadano normal quizás se hubieran evitado muchas tragedias.

Extraño a mi padre JongIn, cada día lo extraño más y más. Desde que se fue he llorado porque quiero que regrese y me llene de su cariño, sus besos y sus abrazos. Él está en las flores de cristal que adornan el mar, la libertad con la que nadamos, la fuerza de los marrajos, el color de mi aleta, el color de mis ojos... la tristeza de mi padre.

Porque cada vez que miro a mi padre KyungSoo sé que está sufriendo porque papa JongIn no está. Sé que cuando coloca su palma en el reposabrazos del trono a su lado es porque su cuerpo olvida que papa JongIn ya no está y se pone muy triste, porque ese gesto lo hacía muy seguido: tomar su mano y sonreírse.

También lo he visto tantas veces con la mirada clavada en el anillo que papa le dio cuando se casaron, y en más de una ocasión lo he visto llorar en silencio.

Sé que papa KyungSoo sigue tan herido y triste y lo entiendo pero él no me entiende a mí. En estos años no ha querido entenderme y eso también me ha lastimado.

Ahora que me enamore de SeHun, quiero luchar por mi propia felicidad.

Papa KyungSoo renuncio a su mundo por papa JongIn y yo estoy dispuesto a dejar el mío por SeHun. Es por mi felicidad y si quieren decirme egoísta entonces que lo hagan, quiero ser feliz.

—entonces ¿Por qué sigues durmiendo? — aquella grave voz me descoloco por completo y las lágrimas no tardaron en bajar por mis mejillas. Puede que hayan pasado cuatro años pero incluso si pasaran cien no podría olvidar su voz.

—Papá...— me gire con las manos en el pecho y en cuanto vi su deslumbrante sonrisa me puse a llorar en serio. Corrí a sus brazos y me deje caer como cuando tenía tres años y él llegaba de trabajar.

—Bae...— su voz sonaba igual de rota que la mía pero aun así estaba más fuerte que yo. Me abrazo con fuerza y despeino mi cabello a su forma tan única, haciéndome llorar con más fuerza.

—te extraño tanto... tanto, tanto...— apenas se me entendía con todo el llanto y el nudo en la garganta.

—y yo a ti.... Mi pequeño. — tomo mis mejillas y dejo un beso en mi frente que se sintió tan real. Me aferre con temor a su pecho, no quería que se fuera tan rápido.

—n-no te vayas, papa...— sé que mi pedido era imposible y que solo lo lastimo pero no quería que volviera a irse. Su silencio me lo confirmo.

Volvió a sonreírme con dulzura y rodeo mi cuello, al bajar la mirada note el collar que me había dado en mi cumpleaños y que papa KyungSoo me prohibió volver a usar.

—has sido un chico muy valiente, BaekHyun. — me dijo con la misma sonrisa. —pero aun te falta una prueba más difícil que todas.

Lo mire con angustia. —estoy muy cansado, papa...