𝐈𝐈

4.7K 205 138
                                    

Cada persona que vivía en esta rústica ¿Mansión? Se presentó, todos eran habladores... Bueno la mayoría, hay un chico de cabello azabache que se limitó en hacer un movimiento con la cabeza. Quizás suene supersticioso o algo, pero estoy acostumbrada a que me hagan una reverencia o un saludo formal tipo "Hola", "Buenos días, tardes, etc.", Pero ¿Un movimiento de cabeza hacía una princesa?. Bitch pls.

En fin, conocí a los Proxys los cuales me cayeron... Bastante bien, También están Nina y Jane chicas superlindas. Quizás no sea malo aceptar vivir aquí.

—_______, Estuve hablando con Ann y nos gustaría conocerte más — Una rubia de ojos negros (No, literal, completamente Oscuros) Se me acerco, su sonrisa no era genuina y menos su voz amable— Así que pensamos... Porque no te unes a nuestra fiesta de esta noche, nos encantaría conocerte mejor... A todas.

Una mueca, similar a una sonrisa se dibuja en mi rostro.

—Claro que me Gustaría, quizás podamos ser más cercanas... ¿No, Tina?

La de cabello corto se aclara la garganta y su semblante amigable flaquea.

—Dina, Es Dina. Pero claro, nos gustará recibirte en nuestra reunión.

No entiendo a esas personas que ya expresan odio sin conocerse bien, aunque traten de simularlo.

—Es una simple pijamada, Judge.—Aclara Jane.— Pero de todas formas sería genial que estuvieras con nosotras, eres nueva y nos das curiosidad.

No lograba saber si esta chica me estaba sonriendo o no, pero su aura me resultaba bastante cómoda. Accedí a unirme a dicha "reunión", es bueno tener algunos aliados y eso aprendes a la mala en el inframundo.

Me pasé la mayor parte de la tarde investigando el sector y la cabaña-mansión, era una zona tranquila excepto por los gritos de agonía que resonaban entre los árboles. Probablemente en consecuencia de los asesinos que rondaban o los seres sobren naturales que se encuentran atados en su miseria. Aun así no me dio tiempo a hablar con Slender, no tengo ni idea donde se habrá metido y ya revise cada rincón de este lugar, maldito fideo escurridizo.

Ya aburrida decido ver mi habitación, o la que creo que será mía, pero no logro abrirla y cada vez que lo pruebo con la manilla mis manos arden.

—¿Qué...? —Observo una nota al lado de la puerta.

"La habitación se encuentra en reparación. ____ No intentes forzarla porque está cubierta de sal bendita."

-Slenderman <3

Si, que hijo de puta. Ahora espero que no me haga dormir en el patio o con algún muchacho que no sabe controlar sus hormonas, un gruñido se escapa de mis labios y me doy media vuelta. Debo suponer que esto obligada a hacer esa superpijamada.

—Ey.

Me volteo y me encuentro a uno de los proxys de Slender. Mis manos están en los bolsillos de mi sudadera, esta casa era fría y no estoy con los ánimos para calentarme con mi propia sangre. Observo al joven de pies a cabeza y una sonrisa se estira en mis labios, tiene pinta de tener buen cuerpo que pena que no pueda ver su rostro.

—¿Hoodie, No?.

—Sí, veo que ya viste la nota de Slender. —Señalo el papelito que estaba a un lado.

—Pues, no es algo que pueda pasar desapercibido si tu mano arde cada vez que intentasentrar a tu habitación.

Él suelta una leve risa mientras niega con la cabeza.

—Él sabía que intentarías entrar sin su permiso.

—Después de todo es mi habitación —Me burlo.

¿𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐎𝐑 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍?➺ᴄʀᴇᴇᴘʏᴘᴀsᴛᴀ ʏ ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora