Era finales de verano, nos mudábamos a nueva york, estaba inquieto, siempre he vivido en un pueblo pequeño en el que lo raro sería que algunos no se conocieran. Me resultaba muy duro abandonar a las personas con las que me he criado, pero mi madre no podía seguir allí, no después de lo ocurrido.
Durante el trayecto hacia la nueva ciudad desconocida para mí, no podía dejar de sentir nervios. Soy la típica persona que crea un mundo de ideas e hipótesis respecto a lo que ocurrirá.
Nunca fui demasiado sociable aunque en el pueblo donde vivía eso no era un impedimento, me podía definir como ese chico tímido al que con tan solo mirarlo a los ojos lo podrías intimidar. Era bajito, cosa que no me gustaba, pero supongo que nadie tiene lo que quiere. Lo que más llamaba la atención a la gente era mis ojos, a mí nunca me gustaron, tenía un ojo de color azul y el otro verde, lo que los científicos denominan heterocromía.
- Dylan, Dylan! Despierta, ya estamos llegando
- Mamá, no grites que voy a tu lado
- Tan borde como siempre...
- *bostezo* Que le hago soy así
- bueno y bien? Que opinas?
Giré mi cabeza y mire a través de la ventana, no podía creer lo que veía, esto era asombroso. Y pensar que aquí todos tienen internet mientras que en mi pueblo llego 5 años con retraso después de su existencia. Cuando se estrenaba una peli en el cine ya había salido en DVD en las tiendas.
Llegamos a nuestro nuevo piso en Brooklyn, parecía... acogedor supongo, no era nada del otro mundo. Lo mejor eran las vistas en mi habitación, la ventana miraba hacia el puente de Brooklyn que conectaba con Manhattan.
Ayude a mi madre a subir las cajas con nuestras cosas mientras que los de la mudanza subían los muebles pesados.
Cogí una de las cajas con mis libros (sí, soy un aficionado a la lectura, soy de los que se pasan las tardes leyendo en vez de estar enganchado a la tecnología) decidí subir por las escaleras ya que el maldito ascensor me daba miedo, nunca entendí porque pero supongo que era por las miles de cosas que podrían pasar en ese horroroso cubículo. Empecé a subir esas escaleras que parecía no tener fin cuando un chaval apareció de la nada y me golpeo haciendo que la caja se cayera junto a mis libros, se fugo bajando como si una manada de tigres le persiguiera.
- Gilipollas! Mira por dónde vas – exclame furioso
- tengo prisa, no puedo ahora – respondió
- no pidas disculpas engreído –acabe respondiendo pero ya era tarde, se había ido escalera abajo
Cuando fui a recoger los libros entre ellos había un colgante plateado con una medallita con una fecha, supuse que se le habrá caído cuando nos chocamos, deje de darle importancia y subí a dejar las cosas en mi habitación. Cuando entre en mi habitación empecé a decorarla a mi estilo "tumblr".
Cuando termine y la mayoría de las cosas estaban terminadas me tire de espaldas en mi cama, no podía dejar de pensar en quien seria ese chaval tan guapo y de que sería la fecha de su colgante. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a las cosas. Estaba cansado y había sido un día largo, necesitaba descansar ya que mañana me esperaba un día terrible. Tenía miedo, iba a ir a un instituto de Manhattan, no conocería a nadie y habría muchísimas personas.
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Teoría Del Caos
Teen FictionDylan, un chico acostumbrado a vivir en un pueblo llega a la gran ciudad de Nueva York, tendrá que empezar una nueva vida en una ciudad desconocida, empezar de cero, comenzar el instituto y hacer nuevos amigo... y quien sabe a lo mejor entre ellos s...